Como Una Noche Sin Luna

Autor: cmilss
Género: General
Fecha Creación: 30/09/2010
Fecha Actualización: 10/11/2010
Finalizado: SI
Votos: 11
Comentarios: 18
Visitas: 42077
Capítulos: 25

Fanfic Terminado

Versión de Edward de Luna Nueva. 

 

 

Prefacio. 

 

Esa es mi decisión, no hay mas que decir, solo queda esperar al sol.

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Capítulo 12: Se Feliz

Así pasaban los días, a la espera, en las noches salía recorría la cuidad, las luces brillaban en las calles, la cantidad de gente que deambulaba se veía contenta y alegre, yo era el único que desentonaba, no solo por el color de piel sino que por el animo. Una vez me interne en la selva más cercana a cazar, tenia que sacar las fuerzas de alguna parte para cuando tuviera que enfrentar a esa Victoria.

 

Me comunique con Alice para saber de ella y de mi familia, igual extrañaba su compañía.

 

- Alice

- Edward como estas...

- Estoy igual, ustedes donde están

- En Denali.

- Ya sabes que estoy en Sudamérica, como están.

- Un poco mejor mas bien dicho mas tranquilos.

- ¿Como esta? la has visto verdad- No me aguante las ganas de saber de mi Bella.

- No mucho, la veo muy poco y borrosa, a veces se me pierde y no se porque, pero continua con su vida, si es lo que te preocupa.

- Gracias.

- ¿Ya vas a volver?- Pregunto interesada y curiosa.

- Sabes que no puedo.- Le dije triste, no contesto.- Adiós- Me despedí y le corte.

 

 

 

Mi estado de animo no me agradaba ni a mi, los días seguían, estaba frente al mar mirando las olas que chocaban contra la orilla tranquilas, esperando el barco que no llegaba, presentí que Bella me necesitaba y que me llamaba, me puse inquieto, aun me sentía conectado con ella, pero que sería, desesperadamente quería estar con ella, no me explique porque.

  

 El crucero no llegaba aun tenia presupuestado llegar hace un par de días, me dio por pensar que no llegaría nunca. Para hacer algo productivo fui a la agencia de viajes a preguntar por el retraso del crucero pero no supieron darme una respuesta de inmediato, primero dijeron que no había partido, después que no tenían información, volví al hotel y revise la televisión de noticias internacionales pero nada. De pronto un extra, decían que un crucero con destino a Río de Janeiro había naufragado en alta mar, yo supe de inmediato que la causa era Victoria, que el crucero no alcanzo a llegar a los limites de Estados unidos, nunca llegaría a Brasil.

 

No tenía razón de continuar allí. Pero que importaba donde estuviera a si que decidí quedarme un par de días en la ciudad, de todas formas Victoria había escapado y si escapo por mar era más difícil de rastrear, quizás adonde partiría ahora.

 

Yo estaba donde empecé sin nada, sin ningún rastro que seguir y lejos de mi amor. En mi cabeza no podía dejar de recordar la conversación que había tenido con mi hermana, no podía sacármela de la cabeza desde luego que no podía volver. ¿Qué era mi dolor, después de todo, en comparación con su felicidad?  

 

 

Mis labios se abrieron y en voz susurrante dije: Se feliz.

 

 

 

 Tuve la necesidad de hacerlo y por un momento sentía que no podía estar más lejos de ella.

 

La idea pequeño y permanente nublado pueblecito que siempre sería mi verdadero hogar en este planeta de volver era tan tentadora, tan saludable y tan lejana a la vez.

 

No sabia donde estaba, era de tarde yo solo podía correr, no quería volver al hotel, me dí cuenta de que estaba en suburbio de la cuidad, en un barrio de edificios antiguos de varios pisos subí a un ático oscuro casi vacío, y allí me quede entregándome a la desolación de mi sufrir.      

 

Esta conciente que mi móvil no paraba de sonar, no sabía cuanto tiempo llevaba allí.

Podría aprovechar la distracción, supuse. Abrí el móvil, observé el numero era Rosalie la que estaba llamándome.

 

Debía de tratarse de algo realmente importante si ella necesitaba hablar conmigo. De repente empecé a preocuparme por mi familia y apreté el botón de llamada.

-¿Qué?, le pregunté muy tenso.
- Oh, Edward me has respondido al teléfono.

 

Tan pronto como oí su tono de voz, supe que mi familia estaba bien. Debía de estar muy aburrida, corte y en un segundo el teléfono volvió a sonar.

 

-Ve directa al grano.- Dije al contestar.
-Supuse que te gustaría saber que Alice está ahora mismo en Forks.
-¿Qué?- Mi voz era llana, sin emociones.


- Sabes como es Alice – Como si ella lo supiera todo. Como tú – Se rió nerviosa.

 

Pero mi rabia hizo difícil que me preocupara qué problema tenía Rosalie. Alice me había jurado que seguiría mi iniciativa por respeto a Bella, sin importar si estaba de acuerdo o no con mi decisión. Ella había prometido que dejaría a Bella sola tanto tiempo como yo lo hiciese. Claramente, ella sabía o veía que tarde o temprano me doblegaría al dolor. A lo mejor tenía razón respecto a eso y yo volvería.

Pero no lo había hecho. No aún. Así que, ¿qué estaba haciendo en Forks? Quería estrujar su cuello tan delgado. Seguramente Jasper no me dejaría acercarme tanto a ella, una vez que captara un atisbo de la furia que manaba de mí.

- ¿Sigues ahí, Edward?

No respondí. Apreté el puente de mi nariz, preguntándome si era posible que un vampiro tuviera dolor de cabeza.

No, ella me había hecho una promesa. Bella se merecía una vida. Había hecho una promesa. Bella se merecía una vida y tranquila y sin miedos. ¿Por qué volvió?

Volver. No había duda de que tendría que arrastrarme, si volvía. Eso no me importaba. Podría felizmente pasarme una década entera de rodillas si estuviera con ella.

- ¿Edward? ¿No te importa siquiera por qué Alice ha ido allí? Bueno, desde luego, no está rompiendo exactamente las reglas. Quiero decir, bueno, en realidad nos dijiste que nos mantuviéramos lejos de Bella, ¿no? El resto de Forks no importa.


Parpadeé muy despacio. ¿Bella se había ido? Mis pensamientos rondaban alrededor de esa idea tan inesperada.
Aún no se había graduado, así que debía de haber vuelto con su madre. Eso era bueno. Podría vivir a la luz del sol. Era bueno que hubiera sido capaz de dejar las sombras tras de sí.

Rosalie soltó una risita nerviosa.

- Así que no tienes por qué estar enfadado con Alice.

- Entonces, ¿por qué me has llamado Rosalie, si era para meter a Alice en líos? ¿Por qué me molestas?

- ¡Espera!- Dijo, sintiendo, correctamente, que podía volver a colgarle de nuevo. -¡Esa no es la razón por la que te he llamado!

-¿Entonces por qué? Dímelo rápido y déjame en paz.
-  Bueno...

- Suéltalo de una vez, Rose. Tienes diez segundos.


-
Pensé que deberías volver a casa- Dijo rápidamente - Estoy cansada de aguantar a Esme afligida todo el tiempo a Carlisle sin reírse. Deberías sentirte avergonzado de de lo que les has hecho. Emmett te echa de menos y me pone nerviosísima. Tienes una familia. Crece de una vez y piensa en algo más que en ti mismo. Yo pienso en ellos, no como tú. Si no te importa cuánto daño les has hecho a los demás, ¿al menos de importa lo que ha sufrido Esme? Ella te quiere más que le resto de nosotros, y lo sabes. Vuelve a casa.


No respondí.

- Pensé que una vez que todo esto de Forks hubiera terminado, te repondrías.

- Forks nunca fue el problema, Rosalie- Dije tratando de ser paciente lo que había dicho de Esme y Carlisle me había calado hondo.- Sólo porque Bella – era duro decir su nombre en voz alta – Se haya mudado a Florida, no significa que yo sea capaz de…

-Mira, Rosalie. Lo siento de verdad, pero, créeme, nadie se sentiría más feliz si yo estuviera allí.

Mmm…Ahí estaba, esa nerviosa vacilación de nuevo.

- ¿Qué es lo que no me estás contando, Rosalie? ¿Se encuentra Esme bien? ¿Es Carlisle?
- Ellos están bien. Es sólo que… bueno, yo nunca dije que Bella se hubiese mudado.


No hablé. Desaté una conversación en mi cabeza. Sí, Rosalie había dicho que Bella se había mudado. Había dicho: “En realidad nos dijiste que nos mantuviéramos lejos de Bella, ¿no? El resto de Forks no importa”. Y luego: “Pensé que una vez que todo esto de Forks hubiera terminado…” Así que Bella no estaba en Forks. ¿Qué quería decir entonces? ¿Bella no se había mudado?

- No quieren que te lo diga, pero me parece estúpido. Cuanto antes te repongas de esto, antes las cosas volverán a la normalidad. ¿Por qué dejar que te deprimas por oscuras esquinas de todo el mundo sin necesidad para ello? Puedes volver a casa ahora. Podemos volver a ser una familia de nuevo. Se acabó.


Mi mente parecía rota, nada concordaba. No encontraba sentido a sus palabras. Parecía como si hubiera algo muy, muy obvio en lo que me decía, pero no tenía ni idea de lo que era. Mi cerebro barajaba la información, buscando extraños enlaces entre ella. No ningún tenía sentido.


- ¿Edward?
- No entiendo lo que dices, Rosalie.

Hubo una larga pausa, equivalente a varios latidos del corazón de un humano.

- Está muerta, Edward.

Hubo una pausa aún más larga.

- Yo… lo siento. Tienes derecho a saberlo, vamos, eso es lo que creo. Bella… se tiró de un acantilado hace dos días. Alice lo vio, pero era demasiado tarde para hacer nada. Creo que habría ayudado, quiero decir, que habría roto su palabra, si hubiera tenido tiempo. Ella volvió para hacer todo lo posible por Charlie. Ya sabes cuánto se ha preocupado siempre por él.

La línea quedó muerta. Me llevó unos segundos darme cuenta de que había sido yo el que había apagado el móvil.

Me senté en el suelo polvoriento un rato, el espacio se había congelado. Era como si el tiempo se hubiera terminado, como si el universo se hubiese parado.

Poco a poco, me fui moviendo como un hombre viejo empecé a salir de donde me encontraba. Volví a encender el móvil y marqué el único número al que me había prometido no volver a llamar nunca más.

Si lo cogía ella, colgaría. Si lo cogía Charlie, le sonsacaría la información que necesitaba engañándolo. Probaría que el chiste sin gracia de Rosalie estaba equivocado, y entonces volvería a mi nada.

 

La llamada conectó.

- Residencia Swan- Respondió una voz que no había oído nunca. Una voz ronca y profunda de hombre, pero con un deje aún juvenil.

No me paré a pensar en las implicaciones de aquello.

- Soy el Dr. Carlisle Cullen- Dije, imitando perfectamente la voz de mi padre-¿Puedo hablar con Charlie?
- No está aquí- Respondió la voz, sorprendiéndome un poco el enfado de su voz. Las palabras eran casi un gruñido. Pero eso no me importaba.
- Bueno, ¿dónde está entonces?- Pregunté, poniéndome cada vez más impaciente.

Hubo una pequeña pausa, como si el extraño quisiera negarme cierta información.

-Está en el funeral- Respondió finalmente el chico.

Colgué el móvil otra vez.

 

Me puse a correr por las calles, nadie podría notarme, solo una leve brisa helada a lo más, tire el telefono en un basurero y volví a desaparecer.

 

Hola se que estamos empezando la tortura para Edward, se que el nombre del capi no tiene nada que ver, solo queria darles las gracias por leer y por los animos nus vimos mañana subire otro capi como a esta misma hora. Besosss

 

Cami.

Capítulo 11: Preguntas Capítulo 13: Determinación

 
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