Capítulo 11: Sufrimiento
Edward POV
-Cálmate, mi amor- le digo riendo a mi princesa. Kristen es todo para mí, es lo mejor que me ha ocurrido. No tiene ningún defecto, salvo que es algo caprichosa y obsesiva cuando planea algo. En pocas palabras, es una perfeccionista de lo peor.
En este momento nos encontramos observando cómo quedará decorado el jardín donde será la recepción de nuestra boda. Nada quedó al gusto de mi prometida y por eso está histérica.
-¡Son todos unos inútiles!- le grita a la planificadora que contratamos. La pobre mujer está muerta de vergüenza.
-Kristen, ¿Querrías calmarte?- le pregunto algo molesto.
-¡Cállate!- exclama mientras me observa con furia. Pongo los ojos en blanco y respiro profundo.
-Kristen, mandaré a hacer todo como lo pides, pero debes calmarte, por favor… no ganas nada enojándote- le explico. Mi novia se lanza a mis brazos y comienza a llorar como niña pequeña. La señora me observa, agradecida.
-Oh, Edward- solloza-. Quiero que todo quede perfecto, la boda es pasado mañana
-Lo sé, mi vida, lo sé- contesto abrazándola con ternura. No tardo en llenarla de besos por toda la cara para que se calme. Kristen es mi vida y no puedo vivir sin ella.
Después de un rato Kristen se calma y empieza a dar órdenes de cómo quiere todo. Más tarde, ella y yo nos regresamos a mi departamento. Ambos estamos acostados, después de haber hecho el amor.
-No sabes cuánto te amo- le susurro y ella me da un beso pequeño. Su rostro es el más hermoso que jamás he visto. Aún recuerdo cuando la conocí; simple y sencillamente me enamoré de ella a primera vista. Todavía me tiene vuelto loco y creo que así será siempre.
-Yo también
-Amor… quería hacerte una pregunta…
-Ya sé que me vas a preguntar- me interrumpe-. Sí Edward, he dejado las pastillas desde hace un mes, yo también me muero por esa niña
Sus bellos ojos grises se iluminan al decir eso. No puedo evitar amarla aún más.
-¿Y crees que ya…?- le pregunto ansioso. Muero por el día en que me diga que tiene un retraso.
-Creo que sí- asiente emocionada-. Llevo dos días de retraso
-¡¿Qué!?- exclamo levantándome un poco y Kristen se ríe-. Vámonos a un doctor ahora mismo
Kristen se carcajea como una loca y la miro con el ceño fruncido.
-Amor, no vamos a ir a ninguna parte, puede que me llegue el periodo
-No va a llegarte, estoy seguro de que ya estás embarazada
-Lo dudo mucho, solo lo hemos intentado este mes, acabo de dejar la píldora
-Eso no importa, ¿acaso dudas de que tenga buena puntería?
Kristen vuelve a reír y pone los ojos en blanco.
-No, no lo dudo, pero el médico me ha explicado que…
-Me importa un rábano lo que diga el médico- gruño.
-No me haré una prueba hasta que tenga una semana de retraso, Edward
-Para entonces estaremos de luna de miel
-Sí, pero me llevaré una prueba y me la haré, y que sea lo que Dios quiera
-No, nada de eso… no te harás una de esas pruebas, no confío en ellas
-No porque a Rosalie le haya dado un falso negativo quiere decir que me falle también a mí una prueba, la de ella estaba vencida y no se dio cuenta
-Mira, sean seguras o no esas pruebas, no vamos a comprarlas, vamos a ir con tu ginecóloga ahora mismo
-Qué no, Edward… quedémonos aquí, estoy muy cómoda- me hace un puchero. No, no puedo caer…
Kristen me atrae hacia ella y pronto me dejo llevar y la hago mía hasta que ambos quedamos rendidos.
Cuando nos despertamos ya es de mañana. Son las siete de la mañana y en una hora tengo una reunión con mi padre para ir a la obra que estoy haciendo. Se trata solo de un edificio de departamentos pero realmente me emociona el proyecto. Realmente amo diseñar edificios y este es uno en los que más me he esforzado. Mi padre está orgulloso de mí porque ninguno de mis edificios ha tenido defecto alguno y además tenemos en común nuestro amor por la arquitectura.
Me levanto con cuidado. No quiero que Kristen se despierte. Cuando duerme se ve como un auténtico ángel.
Para muchos, Kristen es altanera, presumida y grosera. Pero cuando está conmigo cambia, se vuelve lo que realmente es, una princesa. Mi princesa.
Aún sigo sin creer que ella sea mía, estoy demasiado agradecido con la vida de que los tarados de mis amigos me hayan convencido de ir a la fiesta en donde la conocí. Cuando la vi por primera vez supe que ella sería para mí.
Sin duda la amo y siempre lo haré. Espero que esté embarazada; nada me haría más ilusión que tener una bebé mía y de ella. Sí, deseo una niña, una bebé que sea muy apegada a mí. Sonrío al pensar en esa princesita. Aunque, si fuese niño, tampoco me importaría, lo amaría igual y con él podría diseñar cosas o jugar futbol.
Me doy una ducha y salgo. Kristen todavía está dormida y decido dejarle una nota para que no se despierte. Últimamente no ha tenido descanso con todo esto de la boda.
Salgo de mi recamara y me encuentro con María, mi empleada doméstica a quien le tengo mucho cariño y confianza. Ella trabajó para mis padres desde que yo tenía diez años y la traje a trabajar conmigo cuando decidí vivir solo.
-Buenos días, Edward- me saluda María.
-Buenos días, María- respondo sonriendo.
-¿Quieres algo de desayunar, querido?- pregunta.
-No, gracias, María, llevo prisa, desayuno cuando vuelva solo tengo una reunión y regreso
-Edward, mi niño… no te malpases- se queja.
-No te preocupes, María, estoy muy bien, por favor cuida de Kristen
-¿Cuándo he dejado de cuidarla?- arquea una ceja.
-Nunca- admito sonriendo-. Bueno, me voy… Se me hace tarde
Salgo del departamento y quince minutos más tarde me encuentro reuniéndome con mi padre.
-¿Nervioso por tu boda mañana?- pregunta a modo de saludo. Sonrío como un tonto.
-No estoy nervioso, estoy convencido… Kristen es con quien quiero compartir mi vida
-A mí y a tu madre nos alegra demasiado verte tan enamorado- responde con una sonrisa afectuosa.
-Estoy demasiado enamorado, Kristen es mi vida
-Eso se te nota- se burla y ambos reímos.
-Bueno, bueno, vayamos a la obra- le digo a mi padre. Él se pone serio.
-Hijo, con respecto a eso… quería decirte algo…
-¿Qué ocurre?
-Hay un cambio de planes, iremos a otra obra, pero esa está en Tacoma, o sea, a la que he estado yendo últimamente
-¿Qué? ¿Pero por qué, papá? Falta un día para mi boda
-Hijo, solo serán unas cuantas horas, no te preocupes
-Papá, por Dios- me quejo. Yo siempre le hago favores a mi padre pero esto es una locura.
-Sé que piensas que esto es una locura, pero te prometo que estaremos de vuelta, además… es de mala suerte que veas a la novia un día antes de la boda, así que ve diciéndole a Kristen que…
-No papá, lo que me pides es demasiado arriesgado, ¿Qué tal si hay algún contratiempo? Kristen me mata si no llego a la boda
Carlisle se carcajea.
-Tacoma solo está a cuarenta kilómetros de la ciudad, que no se preocupe, usaremos mi helicóptero además
-Papá, no me parece buena idea que…
-Hijo, no pasará nada, te casas mañana a las cinco de la tarde llegarás a tiempo aunque surja algún problema, lo cual es imposible que suceda
-Está bien padre, confiaré en ti- le digo entrecerrando los ojos-. Pero si surge algún problema será tu culpa- lo señalo con el dedo a modo de advertencia. Mi padre solo se ríe.
-Está bien, hijo… si pasa algo, yo cargaré con la culpa el resto de mi vida
Un rato después estoy de regreso en el departamento. Mi padre me ha dicho que a las dos de la tarde nos reuniremos para irnos a Tacoma. Él le ha dado prioridad a esa obra porque se trata de su ahijado James Whitlock.
-Mi vida, desperté y no estabas- dice Kristen con un puchero. Se ve sexy con su pijama puesto y el cabello rubio despeinado.
-Aquí estoy, mi princesa, fui con mi padre- le digo atrayéndola hacia mí y besándola con desesperación.
-Muchachos, estoy aquí- anuncia María. Kristen y yo nos sonreímos divertidos.
Mi princesa con cualquier persona se pondría rabiosa por una broma así pero con María es distinto; la quiere desde que la conoció y es amable con ella.
-Está bien, María, iremos a la recámara- responde mi prometida.
María pone los ojos en blanco pero sé que se reirá.
Kristen y yo vamos a la recámara y está comienza a desvestirme.
-Probablemente ya te has duchado pero quiero darme un baño contigo, nuestro último baño
-Hey, alto ahí- me quejo. Me da pánico lo que ha dicho.
-Nuestro último baño antes de ser marido y mujer- gruñe-. No malpienses
-Nunca me dejes, mi vida- le suplico besando su cuello. Quiero hacerla mía.
-Siempre estaré a tu lado, bebé- contesta rodeándome el cuello con las manos. Después de eso casi la llevo arrastrando al baño en donde nos volvemos a entregar el uno al otro. Disfruto demasiado de esto como si fuese la última vez que le hago el amor. Como si mañana se acabara el mundo.
Cuando ambos estamos vestidos de nuevo comienzo a sentirme asustado. Llegó el momento de decirle que me iré a Tacoma.
-Bebé- la llamo. Kristen se está poniendo un jeans de mezclilla.
-¿Qué pasa, Edward?- no voltea, se sigue cambiando. Eso me anima a continuar.
-Espero que no te enojes conmigo, solo serán unas horas
Kristen detiene lo que está haciendo. Está en jeans y con un sujetador solamente; descalza y con el cabello mojado. Parece diosa. Me enferma recordar cuando ella posaba para revistas de caballeros. Por fortuna nunca se desnudó.
-¿Cómo que unas horas, a dónde vas?- pregunta con los brazos cruzados-. No me digas que vas a una de esas despedidas de soltero
-No, mi vida, te lo juro que no… Iré a Tacoma, mi padre me ha pedido que supervisemos una obra allá… solo son unas horas
Kristen sonríe aliviada. De hecho desde que llegué está más risueña y activa de lo habitual. Debe ser por la boda.
-Ok, no te preocupes, mi cielo… de todas formas no tendremos tiempo de estar juntos, estaré con los últimos preparativos
-Perdóname, cielo…
-Ya te dije que no te preocupes- me regaña y se sigue vistiendo.
-Vas a tener que salir ¿Cierto?
-Ya sabes que si… iré con Alice a supervisar todo y a comprar unas cosas para su bebé
-¿Su bebé? ¿Está embarazada?
-No, aun no, pero ella dice que pronto y como ella es una adivina yo le creo
-¿Y a ti no te ha dicho nada?- pregunto divertido. Kristen baja la mirada y hace una mueca-. ¿Qué ocurre mi vida?
-No te he querido decir nada porque te emocionarás y querrás llevarme al médico
-¿Qué ocurre?- estoy comenzando a emocionarme como ella dijo.
-Alice me dijo hace un mes que me voy a embarazar en cuanto deje la pastilla, lo ha dicho con tanta seguridad que me asusta
-¡Mi vida!- exclamo y voy a abrazarla. La lleno de besos por toda la cara-. Hazle caso a Alice… ella es adivina
-No me quiero precipitar- protesta Kristen-. Ya te dije que me haré una prueba
-Y yo te digo que no- le gruño-. Mi vida, entiende que…
-Por favor, no quiero saberlo aún- suplica haciéndome una carita dulce-. Estoy esperando a tener un retraso de una semana
-Pero estaremos de luna de miel
-Y allá me podrás llevar con un médico, te juro que dejaré que me lleves o lo que sea… estoy nerviosa por la boda, solo quiero pensar en eso ahora
-Está bien- digo resignado-. Pero iremos a un médico
-Sí, mi amor, como tú quieras
-¿Quieres que te lleve con Alice?- pregunto cuando Kristen está cambiada.
-Hum… Sí, por favor- contesta mientras se maquilla. No sé por qué lo hace; ella es preciosa con o sin maquillaje.
Al terminar de arreglarse la llevo con Alice, una amiga nuestra que es esposa de Jasper Hale quien es casi como mi hermano. El hermano que nunca tuve. Yo tengo a Rosalie, mi hermana de veintitrés años quien está casada con Emmett Masen, de mi edad o sea veinticuatro.
Ese hombre es casi como mi hermano también, además es uno de esos idiotas que me obligaron a ir a la fiesta en donde conocí a Kristen, mi futura esposa y madre de mis hijos.
Dejo a Kristen en casa de Alice y regreso al departamento. Voy al closet y me encuentro con mi traje de mañana. Sonrío como un imbécil; mañana es el gran día, mañana Kristen va a ser oficialmente mi mujer.
Mi padre me llama. Dice que tengo que estar ahí, que la cita se ha adelantado porque iremos a almorzar con su amigo.
-Es para celebrar que te casas mañana- dice mi padre.
-Espero que solo sea una comida- le advierto-. No quiero nada de bailarinas ni ninguna cosa así
Yo le soy muy fiel a Kristen; solo tengo ojos para ella.
-Claro que no, hijo, nunca te haría eso, además tu madre estará con nosotros
-Más te vale
-Esta boda te volvió muy agresivo, ya no te reconozco- bromea mi padre-. No te enfades, es una broma, entiendo cuanto amas a Kristen y lo nervioso que te pone el que pueda salir algo mal
-Gracias por comprenderme- le digo con sinceridad-. De hecho gracias por apoyarme con todo esto, por darme consejos
-No hay de qué hijo, ya sabes que te quiero mucho y que yo te apoyaré en todas tus decisiones, además esta muchacha es buena, te ama mucho y es hija de Charlie Swan, mi mejor amigo, mejor novia no podrías tener
-Él también es mi amigo, ese hombre también nos ha apoyado mucho
-Bueno, basta de charla por teléfono jovencito, te quiero aquí ahora, tu madre y yo te estamos esperando aquí en la casa
-Sí, si… ya voy- cuelgo y me dirijo salgo del departamento no sin antes advertirle a María que me avisara cualquier cosa. De nuevo me regaña por no desayunar pero le juro que voy a comer algo cuando llegue a Tacoma y se queda tranquila.
Un rato más tarde mi padre, mi madre y yo nos subimos al helicóptero el cual está en la mansión de mi padre. Sinceramente no heredé el gusto de mi padre por los helicópteros; me pone de los nervios volar en estos pero jamás se lo he dicho.
Cuando llegamos a la obra un rato después me percato de que ya casi se termina este edificio.
-Esto es muy bueno- le comento a mi padre. James me sonríe. Es un hombre rubio de unos treinta años. Es ahijado de mi padre pero sinceramente no lo conozco mucho. Lo único que sé de él es un empresario.
-Carlisle es excelente- dice-. Esta empresa tendrá excelentes instalaciones, tu padre ha diseñado todo
Mamá sonríe, orgullosa de su marido.
Como solamente hemos ido a supervisar unos cuantos minutos, nos vamos a un restaurante en donde me dicen que me han traído a Tacoma para festejar que dejo la soltería.
La reunión sinceramente es muy agradable. James es un hombre bastante inteligente y culto; habla de temas muy interesantes y además me da consejos para mi matrimonio. Él está casado desde hace tres años y su hermano Dimitri se ha casado ayer. Cuando llegamos a este punto de la conversación mi teléfono vibra y me retiro un momento para contestar.
-Debe ser la prometida- escucho bromear a mi madre.
-Hola princesa- saludo.
-Hola, mi amor, ¿Sigues en Tacoma?
-Sí, Kristen, sigo en Tacoma… estoy en un restaurante con mis padres y su ahijado
-¿Seguro?- pregunta en broma.
-Claro que sí, mi bebé… tú sabes que yo te soy más fiel que un perro
Kristen se ríe. Me encanta escuchar su risa.
-Ya lo sé, Edward, y eso es una de las razones por las que te amo, eres el amor de mi vida
-Tú igual, preciosa
-De verdad, yo haría todo por ti, hasta daría mi vida
-Igual yo, cielo
-¿Sabes? Me alegro tanto de haberte conocido, eres lo mejor que me pasó en esta vida
-Bebé, ¿Por qué dices esas cosas?- pregunto angustiado-. Tú también eres lo mejor de mi vida, y sé que soy lo mejor de la tuya, pero presiento que algo no marcha bien
-No digas tonterías- se carcajea pero noto que está llorando-. Todo marcha bien
-Te conozco princesa, y sé que estás llorando, ¿Qué pasa? ¿En dónde estás?
-Amor, no te miento, estoy llorando, pero es que he ido con mi madre y me ha dicho unas palabras demasiado emotivas, me he conmovido
-Amor, pero tú no lloras así como así- le digo asustado-. Iré por ti, bebé
-No cielo, hoy me quedaré en mi pent- house, no podemos vernos, ya sabes, la tradición
-Me importa una mierda la tradición, no puedo estar tranquilo si estás llorando, no eres tan sensible
Kristen suspira frustrada.
-¿No recuerdas que ayer lloré cuando todo salió mal? Sí soy sensible
-Bueno, sí, pero tú lloras por coraje, no de emoción
-Amor, es que… tengo una posible explicación de porqué estoy llorando pero…
-¿Cuál, mi cielo?
-Yo creo que si estoy embarazada, tal vez por eso lloro tanto últimamente
Sonrío sintiéndome emocionado. La angustia ya ha desaparecido y siento ternura.
-Oh, mi vida- susurro.
-Por favor no me obligues a ir al médico hasta que…
-Ya lo sé, pequeña, hasta que tengas una semana de retraso- la interrumpo.
-Por Dios, Edward… como te amo
-No más que yo, bueno bebé, te cuelgo, necesito regresar a la mesa
-Perfecto, adiós mi amor, nos vemos mañana en el altar, por favor no comentes de mis sospechas a tus padres, quiero que esté todo confirmado antes de decir algo
-Sí, cielo, adiós- cuelgo y regreso. Cuando me siento mis padres me miran burlones.
-Kristen, ¿No es cierto?- pregunta Esme. Asiento con una sonrisa.
-Sí, se le nota por esa cara de tonto con la que llegó- bromea mi padre. James se echa a reír y yo finjo estar avergonzado.
Conversamos de nuevo cuando de repente le llaman a James.
-¿Jane? ¿Qué pasó cuñada? ¿Ya descubriste que Dim es impotente?- se carcajea. Me rio disimuladamente al igual que mis padres. Dejamos de reír cuando James palidece-. ¿Qué? ¿Cómo que se ha vuelto loco y se ha ido? … No, no vayas a buscarlo, ya lo hago yo, tranquilízate… No, yo iré a detener a ese estúpido… adiós- cuelga y nos mira apenado.
-Lo siento, me tengo que ir
Y comienza a sacar su cartera para pagar la cuenta pero mi padre lo detiene.
-No, hijo… yo pago- le dice-. Ve a buscar a Dimitri
-¿Cómo crees, padrino?
-Anda, ve- le pido yo. No conozco demasiado a Dimitri pero las pocas veces que lo he visto me siento inquieto, como si él fuese peligroso. Es muy diferente a James-. A la próxima pagas tú
James me sonríe agradecido y se va rápidamente.
-Este Dimitri da muchísimos problemas- se queja mi padre-. Pobre James, ha tenido que cuidar de su hermano desde que sus padres murieron
-No entiendo cuál es el problema de Dimitri- dice mi madre-. Es joven, tiene salud, una esposa preciosa y es un empresario exitoso
-No todo mundo es feliz con lo que tiene- suspira Carlisle-. Es lamentable…
-Yo si soy feliz con lo que tengo- digo sonriendo un poco.
-No me digas- dice mi padre con sarcasmo. Esme suelta una risita.
-Hijo, eso no necesitas decirlo, se te nota
Me encojo de hombros.
-¿Quién no va a ser feliz si está a un día de casarse con la mujer más hermosa de todo el universo?- pregunto feliz.
-Tú no te casarás con la mujer más hermosa del universo, porque esa es tu madre y yo ya me he casado con ella- interviene mi padre. Mi mamá no tarda en ruborizarse. Mis padres se dan un beso y no puedo evitar sentirme orgulloso de ellos; se aman demasiado a pesar de que ya llevan casi treinta años de matrimonio.
Minutos después de que se acaba el momento romántico de mis padres, pagamos la cuenta y vamos de regreso a Seattle. Sinceramente ya no tengo tantas ganas de regresar porque no voy a ver a Kristen.
Una vez que llegamos converso con mi padre un rato más y regreso a mi departamento. María está algo inquieta. Limpia una y otra vez cosas que están completamente limpias.
-¿Qué te ocurre?- le pregunto.
-No lo sé, estoy inquieta por la señorita Kristen
-¿Por qué? ¿Te ha llamado?- me siento alarmado. María no se inquieta por nada-. ¿La has notado rara? Contéstame
-Es que me fui con ella hace un rato, quería que ajustara un poco su vestido de novia, es que adelgazó
-Sí- digo preocupado-. Desde hace días siento que está más delgada, bueno… sígueme contando
-Bueno, también fuimos al lugar donde se celebrará la ceremonia, estuvo de lo más normal, exigiendo y gritando pero quedó conforme
-Si ella está normal, ¿Entonces por qué te preocupas?
-Es que estaba demasiado feliz y me dijo algo muy raro que me preocupó
-¿Qué cosa?
-Me dijo que podría morir de tanta felicidad, que tenía miedo de que algo ocurriera, después de eso su madre que también estaba allí, le deseó suerte y comenzó a llorar, ella no es tan sensible, me preocupa que todo este estrés por la boda la haga enfermar
-No te preocupes, María, seguramente se le pasará esto- le digo sonriendo al recordar que mi princesa podría estar embarazada-. Es por la boda
-Tengo mis motivos para preocuparme Edward, créeme- afirma. Me da la impresión de que me oculta algo.
-¿Qué motivos?
-No, nada… no quise decir eso, yo…
-María, quiero que me expliques ahora mismo a que te referías- le exijo enojado. Yo necesito saber todo sobre Kristen.
-Mira, tengo un presentimiento de que algo no está bien ¿De acuerdo? Ese es mi motivo para no estar tranquila
-Iré con Kristen- aviso y tomo mis llaves del auto.
-¡No, no vayas!- exclama-. Ella me dijo que ambos deben cumplir la tradición de no verse antes de la boda, respétala
-Pero tú me dices que algo no anda bien y ya me preocupé, quiero a mi novia aquí conmigo
-Ella no querrá venir si vas a verla tú, yo la voy a convencer para traerla de regreso, ¿está bien?
-No, María
-Quédate aquí, te aseguro que solo son tonterías de esta vieja lunática, con esto de la boda tengo los nervios destrozados
-Déjame llevarte
-No gracias, no está tan lejos
-Claro que lo está, es al otro lado de la ciudad
-No importa, iré yo, quiero hablar con ella, te prometo que te enterarás
-Está bien- suspiro.
María se va y yo me quedo solo en el departamento sintiéndome inquieto y de repente tengo una horrible presión en el pecho que me impide respirar bien; mi corazón se acelera y decido que debo salir a caminar.
Cuando reacciono me encuentro en el edificio de departamentos en donde está la casa en donde viviré con Kristen cuando lleguemos de nuestra luna de miel. Entro al edificio y el elevador me lleva hasta el último piso que es donde está el departamento.
Miro por la pared de cristal de la sala el hermoso atardecer. Desde aquí mi Kristen y yo vamos a ver la puesta de sol, en esta casa vamos a disfrutar de su embarazo, vamos a decorar la recámara de nuestra bebita.
Se me forma una sonrisa estúpida cuando llego a la habitación principal; aquí vamos a amarnos hasta que nos cansemos y aquí despertaremos todas las mañanas.
Ahora estoy acostado en la cama imaginándome lo felices que vamos a ser Kristen y yo; en la suerte que tengo de tenerla a mi lado. Kristen es perfecta en todos los sentidos.
De repente suena mi celular. Me levanto de un salto y contesto. Es mi papá.
-¿Qué pasó papá?- respondo-. ¿Has sabido de James y su hermano?
-Hijo, no he sabido nada de ellos, te hablaba porque estoy preocupado
-Papá no me asustes- digo alarmado-. ¿Le pasó algo a mi madre? ¿A mi hermana?
-No, hijo, ellas están perfectamente
-¿Entonces qué pasa?
-Se trata de María, ha llamado a la casa desde un teléfono público hace un minuto, estaba llorando y gritando, por lo tanto no le entendí, pero creo que me pidió que te llamara
-No puede ser- susurro. Mi estúpida mente solo piensa en Kristen; no puedo pensar en que algo le haya pasado a María-. ¿De verdad no le entendiste?
-No, pero lloraba muchísimo, parecía como si hubiese visto algo terrible, hijo estoy…
Escucho que suena el teléfono de su casa.
-Hijo, ¿Podrías esperarme? Contestaré, quizá sea María
-Muy bien
Me quedo unos segundos en silencio pero de repente oigo que mi padre grita “¿Estás segura de lo que dices, María?” Ese grito hace que mi corazón se acelere.
-¡Hijo!- grita mi papá hablando conmigo de nuevo. Comienza a sollozar.
-¿Qué le pasó a María?- pregunto.
-Se trata de Kristen, hijo… nos vemos en el pent house de Kristen, María dijo que la mataron
-¡¿Qué dijiste?!- bramo. Mi corazón late más rápido a causa de la angustia.
-María dijo que mataron a Kristen, vamos para allá- cuelga.
-¡No puede ser cierto!- grito mientras salgo corriendo del departamento-. No, no ¡No!
Mi Kristen no puede estar muerta; mi mujer puede estar en peligro pero no muerta, jamás muerta. Sobre mi cadáver le harán daño a mi princesa.
Conduzco como loco hasta llegar al edificio donde vive Kristen. Hay muchas patrullas y una ambulancia. Subo profiriendo alaridos como si fuese un poseso. No sé cómo, pero logro llegar hasta el piso de arriba, sin que un policía me haya detenido. Aunque en el fondo soy consciente de que vienen tras de mí.
-¡Kristen!- grito al abrir la puerta del departamento. Caigo de rodillas al ver esta carnicería. Lo que estoy viendo no tiene nombre; es muchísimo peor que encontrarme con el cadáver de Kristen.
Me quedo paralizado, ignorando los ruidos. Solo puedo observar los muebles llenos de sangre, los órganos y frente a mi está un mechón de cabello de Kristen.
-¡¿Qué te hicieron, mi amor?!- exclamo-. ¿Quién te hizo esto?
Pongo la cara entre mis manos y comienzo a llorar como nunca antes en la vida. Me han arrebatado a lo que más amaba en la vida, a mi mujer y a mi posible bebé. Dejo de llorar y sonrío. Yo me voy a ir con ella, me tengo que ir con mi Kristen porque sin ella yo ya no quiero seguir en este maldito mundo. Sin mi princesa yo no quiero continuar existiendo.
Esto es lo último que recuerdo antes de caer inconsciente.
Cuando abro los ojos estoy en mi cuarto. Pero en mi cuarto de la casa de mis padres. Estoy tapado y tengo un pijama puesto. Observo confundido a mí alrededor y me pregunto qué diablos hago aquí.
De repente alguien abre la puerta. Es mi madre quien me mira con sorpresa y alegría.
-Oh, mi niño, te despertaste- solloza y va a besarme la frente.
-¿Qué me pasó mamá? ¿Por qué estás vestida de negro? Tú nunca te vistes así
-Oh, amor- sus preciosos ojos se llenan de lágrimas y es entonces cuando me golpea la horrorosa realidad. Kristen, el amor de mi vida, se murió.
-Mamá- digo con voz temblorosa y aferrándome a ella-. Dime que no es verdad, dime que no es cierto, mami por favor- sollozo-. Mami, dime que todo está bien
-No llores, mi niño, por favor- suplica llorando-. Todo está bien
Me aferro más a ella. Me siento como un niño, pero un niño hecho pedazos.
-Mami, dime que no es verdad, que Kristen sigue viva, por favor dímelo
-Mi vida no me gusta verte sufrir así, pero tampoco puedo engañarte
-¡Mamá, por favor!- grito histérico-. Dime que ella está bien, que mi bebita nacerá y será igualita a Kristen
-¿Kristen estaba embarazada?
-Sí mamá, ella estaba esperando un hijo mío, una princesita como ella, mami, yo las amo a las dos, dime que está bien
-Mi vida, no sé qué decirte
-Qué mi hija nacerá y que Kristen está bien
-Mi niño, mírame a los ojos
Hago lo que ella me pide. Veo borroso por las lágrimas y Esme me limpia las mejillas.
-Mi amor, yo sé que es duro aceptarlo, pero Kristen ya no está con nosotros, se ha ido al cielo, bebé… pero te prometo que algún día llegarás a ser feliz, que esto no va a acabar contigo, tú eres fuerte
-No mamá, sin Kristen yo soy el hombre más débil que existe – gimoteo
-No digas eso chiquito, tú eres fuerte
-No lo soy- replico-. Mi vida ya no tiene sentido, perdí a la mujer que amaba, todo se acabó
-No hijo, tienes un motivo para vivir, tengo el presentimiento de que esto ocurrió por algo, que tu vida cambió así por un motivo importante, algo bueno llegará a tu vida, todo este dolor que tienes es por…
-Claro que no, todo este dolor que siento es porque Dios me odia- digo levantándome bruscamente. Mi madre me mira atónita.
-No se te ocurra volver a decir eso, Edward, Dios no te odia, te ama
-¡¿Entonces por qué me pasa esto, eh?! ¡Explícame!
-¡Hijo!- escucho exclamar a mi papá y abre la puerta segundos después-. Al fin despiertas…
Nos observa a mí y a Esme y cuando me ve a mí me abraza.
-No te preocupes, campeón, todo va a estar bien… entiendo que estés destrozado pero la vida sigue
-¿La vida sigue? ¡Para ti es fácil decirlo!- le grito mientras lo suelto de manera violenta-. Tú no perdiste a la mujer que amabas, explícame ¿Qué hubiese pasado si mi madre hubiese muerto? ¿Pensarías lo mismo que ahora?
Mi padre hace una mueca de dolor lo cual me confirma lo que pienso. Él reaccionaría igual que yo.
-Hijo, ya te entiendo, yo me volvería loco, disculpa, no quise molestarte
-No, perdóname tú a mi papá- sollozo y caigo de rodillas. Mi padre va y se arrodilla para quedar a mi altura-. Me estoy volviendo loco de dolor, no puedo soportarlo
-Eso mismo dijo el doctor- susurra mi madre y volteo a verla-. Hijo, has estado durmiendo casi dos días, el velorio y entierro de Kristen ya fueron
-No lo puedo creer, ¿Dónde demonios la enterraron?
-En el mismo en donde enterraron a mi padre- contesta mi papá. En ese momento ubico el lugar, de hecho está frente a una tienda a donde yo fui a comprar después del entierro. Por aquel entonces yo tenía catorce años.
-¿Quieres que te llevemos a verla?- pregunta mi madre. Niego con la cabeza.
-No, prefiero ir solo
-Nunca pensé decir esto pero, no Edward, no confío en ti
-No me voy a suicidar, papá- le digo con rabia. Un odio muy fuerte comienza a invadirme-. Creo que mi madre tiene razón, tengo un motivo para vivir, saber quién mato a Kristen
-Ya llevaron presos a las personas que la mataron- me informa-. Pagarán con cadena perpetua lo que le hicieron
-¡Qué maten a esos desgraciados!- grito-. ¿Quiénes fueron? Porque si no los matan yo lo haré
-Cálmate, no te hace bien ponerte así- me reprende mi padre-. Hijo, eres joven, tienes una vida por delante, si no quieres vivir por ti, por lo menos haznos el favor de mantenerte bien, nosotros no queremos perder a nuestro hijo también
-Papá, pero yo ya no quiero vivir
-Hijo, por favor, no te pido que te recuperes pronto porque eso no es posible, pero ¿sabes? Yo te juro que llegará algo bueno a tu vida- dice Esme-. No estás sufriendo en vano
-Yo… ya no quiero oír a nadie, quiero dormir, olvidar, ¿Podrían dejarme a solas?
-Sí, hijo… pero estaremos pendientes de ti ¿Entendido?- me advierte mi papá.
-Sí- contesto. Mi madre se acerca y me da un beso en la mejilla antes de retirarse con mi padre.
Después de que ellos salen siento que me hago pedazos. Me acuesto encima de la cama y comienzo a llorar como si fuese un niño pequeño.
Desde ese día por mis padres finjo que estoy bien pero en realidad estoy destrozado, hecho una autentica mierda. Ahora los cigarrillos me sirven para tranquilizarme; jamás había fumado pero ahora no puedo dejar esto. Si no lo hago me voy a volver loco.
Solo una vez he ido a visitar a Kristen al cementerio. No soporto estar en ese lugar sabiendo que mi princesa está enterrada, que yo no puedo hacer nada para devolverla a la vida.
Desde que murió ya han pasado tres meses; tres horrorosos meses en los que mi vida ha sido un auténtico infierno. No me doy un tiro en la cabeza solo porque mis padres me suplicaron que me mantuviera con vida. Además, quería conocer a mi sobrina, a la hija de Rosalie y Emmett quien estaba por nacer en unos días. No podía darle un dolor así a mi hermana, si me pasaba algo ella sufriría y quizá eso traería consecuencias para su bebé.
Dos semanas después de la muerte de Kristen volví al trabajo y a mis actividades normales. Hacía creer a mis compañeros de trabajo y a mis padres que estaba saliendo adelante pero en cuanto llegaba a mi casa me encerraba en mi cuarto a llorar por horas. María estaba muy preocupada pero dejo de estarlo con los meses porque también comencé a engañarla, a fingir que estaba bien.
El día de hoy, he decidido ir al panteón. Tengo que visitarla, algo me impulsa a hacerlo.
Cuando estoy en la entrada me arrepiento; no puedo ver la tumba de Kristen, me voy a volver loco. Comienzo a sentir angustia y observo la tienda que está al otro lado de la avenida; será mejor que compre unos cigarros para tranquilizarme.
Cruzo la avenida con paso apresurado y cuando por entrar alguien sale y choca conmigo. La chica alza la cabeza para mirarme y entonces me quedo paralizado, viéndola de arriba a abajo. Es ella, es mi Kristen, mi princesa… es diferente, pero es ella.
Ahora es más delgada y tiene el cabello color chocolate. Se ve preciosa, más que nunca. Si antes pensaba que era la mujer más hermosa del mundo ahora pienso que es la más hermosa de todo el universo.
No puedo aguantarlo más y la abrazo muy fuerte. Mi corazón late deprisa por la emoción. Mi princesa está viva, está viva. No puedo creerlo. Siento como una especie de electricidad me recorre el cuerpo, cosa que no había sentido nunca.
-Kristen- digo sollozando. Las lágrimas de felicidad comienzan a correr por mis mejillas.
-Suélteme- suplica pero no le hago caso-. Yo le voy a explicar lo que…
-No tienes nada que decir mi amor, ya estás conmigo… Mi cielo estás viva- le beso toda la cara mientras disfruto de su delicioso aroma. Huele muchísimo mejor que antes y eso es decir mucho. De repente mi mujer me aparta de forma brusca pero me vuelvo a abrazar a ella.
-¡¿Quién te crees que eres para hacerme esto?!- me grita furiosa y eso me llena de dolor… ¿Es que acaso no me ama como yo a ella?
-Kristen ¿Qué pasa?- le pregunto dolido, ¿Por qué mi princesa me rechaza así? ¿Qué le hice? Yo solo sufrí por ella tres meses, creyendo que había muerto.
-Mira, me estás confundiendo, yo no soy…
-¡Por Dios! ¿Cómo te atreves a negarlo?
-Me atrevo a negarlo porque no soy ella, me estás confundiendo ya te dije
-Perdiste la memoria, mi amor- susurro y después vuelvo a olerla -. Hueles mejor que antes, no cabe duda… Te has puesto más hermosa
Pone los ojos en blanco y me aparta de nuevo. No Kristen, no me hagas esto, te amo.
-Edward, estás en un error… No soy Kristen
-¡¿Por qué estás negando eso mi amor?!- le grito desesperado-. ¿Estás en peligro? ¿Por eso fingiste tu muerte?
-¡No!- responde gritando también-. Kristen era mi hermana gemela, yo soy Isabella Swan… ¿Me puedes dejar en paz?
Suelto una carcajada. Lo que me dice es completamente absurdo. Kristen solo tuvo un hermano el cual falleció de niño.
-Estás mintiendo, no tienes hermanos
Me mira rabiosa. Sé que he visto a Kristen muy enojada pero esta mirada no la reconozco. Por un segundo temo que esta chica me esté diciendo la verdad. No… no es cierto, ella es Kristen.
-Eso es porque Kristen nunca te hablo de mí, yo no vivía con ella, digamos que soy la oveja negra de la familia, a la que nunca mencionan
-¿Por qué me dices todo esto? ¿Ya no me amas?- mi voz se quiebra. El pensar que Kristen no me ame y que haya escapado de mí, me hace sentir miserable.
-No soy ella, mírame a los ojos o pregúntale a mi familia, Kristen murió, entiéndelo de una buena vez y déjame vivir tranquila
-Nunca… Nunca te dejaré ir… No ahora que te he encontrado
Vuelvo a sostenerla en mis brazos y esa sensación vuelve. Kristen lucha por escapar y de pronto me patea en donde más me duele. La suelto y me quejo por el dolor hasta que se me pasa. Me levanto y me doy cuenta de que ella ya no está, que se ha ido.
No, no la puedo perder. No puede regresar a mi vida así y luego irse. Tengo que ir a buscarla con Charlie, seguramente él sabe algo y no me lo dijo.
Corro hacia dónde está mi auto y conduzco como alma que lleva el diablo hasta la mansión de los Swan.
-¡Cálmese señor!- me pide el mayordomo cuando entro hecho una furia a la casa.
-¡Charlie!- grito furioso.
-¿Qué son esos gritos?- se queja Reneé, bajando las escaleras-. ¡Edward! ¿Qué sucede? ¿Por qué gritas así?
En ese momento me suelto a llorar.
-¿Por qué no me lo dijeron?
-¿De qué hablas?
-Kristen está viva
Reneé me mira como si fuese un lunático.
-Querido, aunque nos duela aceptarlo, Kristen falleció
-¿Qué pasa aquí?- pregunta Charlie bajando también. Al verme pone cara de preocupación-. ¿Qué te sucede, hijo?
-Kristen está viva y quiero saber si ustedes lo sabían
Charlie y su esposa se miran apenados y vuelven su vista a mí.
-Te aseguro que no es ella, mi hija murió, se hicieron unos estudios para determinar si esos restos- se estremece-, eran de mi hija y se comprobó que si era ella
-¡¿Entonces por qué diablos me la he encontrado?!- bramo-. No tiene sentido lo que me están diciendo
-¿Cómo que te la encontraste?- cuestiona Reneé-. Explica eso…
-Fui a una tienda y choqué contra una chica, era ella, idéntica, bueno… más hermosa que antes, su cabello era castaño y estaba muy agresiva
-Isabella- dijeron Charlie y Reneé al mismo tiempo.
-Sí, así me dijo que se llamaba y que era gemela de Kristen, pero yo sé que eso no…
-Es cierto lo que ella te dijo- me interrumpe Charlie-. Kristen tiene una hermana gemela
-Me están mintiendo, nunca me mencionaron que Kristen tuviera una gemela y ella tampoco lo dijo, díganme por qué Kristen se hizo pasar por muerta
-Ella está muerta, Isabella es la única hija que nos queda- solloza Reneé-. Pero ella no nos quiere y nosotros tuvimos la culpa
-Ella se fue de la casa a los dieciocho- me explica Charlie-. Y desde que murió Kristen la visitamos, la tratamos de convencer para que vuelva a casa
- Quiero saber por qué nunca me dijeron nada sobre Isabella o como se llame
-Nunca mencionamos a Isabella después de que se fue, Kristen estaba furiosa con ella por irse y decidió no volver a hablar sobre su hermana, por eso nunca te dijo nada y pues tú estabas con Kristen, no había necesidad de mencionar a nuestra otra hija, ella estaba prácticamente muerta
-Pero ahora queremos que regrese a nuestras vidas- dice Reneé-. Amamos a nuestra hija, aunque no se lo supiéramos demostrar
-No sé qué decirles- admito-. Estoy impresionado, yo creí que era Kristen, pero ahora comprendo que Kristen nunca más volverá, yo tenía la esperanza de que…
-Lo siento, Edward- dice Charlie poniendo una mano en mi hombro-. Como me encantaría decirte que Kristen si está viva pero no puedo hacerlo, la chica que viste es Isabella, no te estoy mintiendo
-Yo, les creo- suspiro-. La vida no es tan buena como para regresarme a Kristen, era demasiado grandioso para ser verdad
-Edward, por favor no digas eso- me pide mi ex suegra-. Tú eres muy joven, tienes una vida por delante, no nos gusta que estés así de mal y mucho menos a tus padres
-Solo por ellos no me he matado- murmuro y Charlie me mira con el ceño fruncido.
-No, tú tienes que vivir por ti, ¿Crees que para nosotros es fácil haber perdido a nuestra hija? No lo es pero tenemos que seguir viviendo, las cosas ocurren por algo
-Cómo sea, yo… me voy- les digo y me voy sin despedirme.
No sé cómo hago pero llego a mi casa sin chocar. Me siento hecho pedazos; María no está, se fue a su casa como siempre hace a esta hora.
Me dirijo hacia mi pequeño bar y me sirvo una copa. Me siento en el sofá que tiene vista de la hermosa ciudad y recuerdo mi encuentro con esa chica igual a Kristen. Pronto descubro que a pesar de ser gemelas son diferentes. Me cuesta un poco admitirlo pero la tal Isabella lucía incluso más hermosa que su hermana. A pesar de ser agresiva veía en sus ojos que era alguien inocente. También tenía unas preciosas mejillas ligeramente sonrojadas. Sonrío un poco al recordar su delicioso olor… ningún perfume en el mundo puede compararse con eso.
No lo sé, la belleza de esa mujer es… natural y eso es algo que me atrae muchísimo. No puedo dejar de pensar en ella y descubro que no he tomado ni una gota de alcohol.
No me enamoré a primera vista de ella como ocurrió con Kristen pero… me dejó impactado. Comienzo a sentir miedo pero no por eso voy a dejar que se vaya de mi vida. Tengo la necesidad de conocer a Isabella, de volverla a ver.
Mañana mismo le pediré a Charlie que me de la dirección de esa chica. No puedo quedarme sin conocerla. Simplemente no puedo.
Mi sueño es inquieto, sueño con que tengo a Kristen entre mis brazos pero esta desaparece y frente a mi tengo a la otra, sonriéndome; se ve tan hermosa con su cabello castaño y ondulado, sin maquillaje. No puedo dejar de mirarla.
-Mierda, que rayos me sucede- mascullo cuando me levanto y recuerdo mi sueño.
Le llamo a mi padre para decirle que llegaré tarde. Necesito ir a la oficina de Charlie pero obviamente eso no se lo menciono a mi papá. Él está extrañado pero me deja ir porque he intentado sonar lo más animado que puedo.
Media hora más tarde estoy frente al escritorio de Charlie. Me mira extrañado cuando le pregunto por la dirección de Isabella.
-Necesito hablar con ella- le explico.
-¿Para qué?- se cruza de brazos-. Mira muchacho, yo te aprecio muchísimo, pero no pienses que vas a comenzar a perseguir a mi hija solo para reemplazar a Kristen
-Charlie no pienses mal- le pido-. Mi intención no es…
-No sé qué intención tengas- me interrumpe-. Pero si estoy en lo correcto, déjame advertirte que no te saldrás con la tuya, Isabella siempre fue muy distinta a Kristen
-Eso lo sé y me he dado cuenta con solo verla una vez- gruño-. Solo quiero pedirle disculpas por haberla confundido con Kristen, seguramente debe pensar lo peor de mí y estar asustada
-Bueno, si esa es tu intención, entonces está bien, espero que me estés diciendo la verdad
-Es la verdad, Charlie
-Pensándolo bien, es bueno que te acerques a ella- dice pensativo-. Así podrías ayudarnos a que regrese con nosotros, a que acepte la herencia que tengo para ella
-¿Herencia?
-Sí, yo ya pienso retirarme , dejar esta empresa a cargo de mi hija y que ella disfrute de las ganancias, en un principio esto iba a ser de Riley, pero murió siendo apenas un niño, cuando nacieron Isabella y Kristen supe que Isabella era la mejor para esto, la más responsable y menos delicada… cuando creció un poco, mi esposa y yo fingimos querer más a Kristen para que hacer de Isabella una persona fuerte que se supiera valer por sí misma y vaya que lo conseguimos, pero me arrepiento, ella nos odiaba y abandonó la casa cuando cumplió la mayoría de edad, siempre creyó que la despreciábamos
-¿Y qué va a pasar con la empresa si Isabella no acepta? Digo, es muy probable que no lo haga por como la trataron- de repente siento furia. Me da rabia pensar en una niña siendo tratada con indiferencia y que su hermana lo tuviese todo. Aunque esa última niña fuese Kristen.
-Cuando se fue, pensé que en cuanto Kristen se casara contigo la dejaría a cargo de todo, como sabes, esta empresa lleva muchas generaciones pero uno de los requisitos es estar casado, es una tontería, pero debemos respetar eso
-Si uno de los requisitos es casarse, ¿Cómo piensas convencer a Isabella?
-No lo sé, eso es lo que menos me importa ahora, me importa más convencerla de que nos deje entrar en su vida, que nos quiera, recuperar el tiempo perdido, bien, te diré donde trabaja y donde vive
-¿Ella trabaja?
-Sí, es mesera en el restaurante de Billy Black, el padre de Jacob
-¿Mesera?
Me impresiona más el hecho de que ella sea mesera que el hecho de que trabaje para el padre de mi amigo. Jacob es uno de los que también me hicieron que conociera a Kristen. Hace mucho que no lo veo, pero poco me importa eso. Me importa más Isabella.
-Sí, con su sueldo se mantiene y vive en un departamento modesto que sinceramente yo y mi esposa detestamos, es solo un cuartucho
-¿Por qué la han dejado vivir así?- cuestiono algo indignado.
-Porque en primera, ella es capaz de valerse por sí misma y segunda porque hemos intentado ayudarla y se niega rotundamente, me da lástima pero a la vez orgullo, definitivamente es hija mía
-Iré a verla por la noche- le informo a Charlie mientras él anota la dirección en una tarjeta. Me la da y sonríe.
-Cómo prefieras, pero por favor ayúdame a convencerla de que regrese
-Lo intentaré pero no prometo nada, con solo un encuentro me he dado cuenta de lo difícil que puede ser
Más tarde en la oficina de mi padre él me cuestiona sobre lo que hice esta mañana.
-No lo sé, estás más animado, no pareces triste como siempre- explica-. Por eso te pregunto ¿Qué hiciste?
-Fui a hablar con Charlie ¿De acuerdo? Me acabo de enterar de que Kristen tiene una hermana gemela
-Ah, sí… Isabella
-¿Tú lo sabías?- comienzo a enfadarme-. ¿Por qué no me lo dijiste?
-Creí que ya lo sabías hijo, además Isabella se fue de su casa a los dieciocho y tengo entendido que no hablaron con ella hasta hace poco, cuando murió Kristen… sinceramente, nunca la vi mucho, pero bueno… dime ¿Por qué de repente te interesas por esa muchacha? Se me ocurre una razón pero por más dolido que estés eso no está bien...
Pongo los ojos en blanco. Otra persona que piensa que quiero usar a Isabella de sustituta.
-No es lo que piensas, estoy interesado en ella porque Kristen jamás me contó de su hermana y ayer me la he encontrado, y como es de esperarse, la confundí con Kristen
-Oh, no puedo creerlo- susurra-. Pobre muchacha, debió asustarse
-Lo hizo y además me dio una patada en donde tú ya sabes porque no la soltaba- confieso con una sonrisa de diversión.
-Entonces si es dura, como me ha comentado Charlie- se ríe.
-Sí, lo es y quiero verla para pedirle una disculpa- miento. Yo solo quiero verla; me interesa realmente, me atrae su actitud.
-Me parece muy bien, quizás consigas preguntarle cosas sobre Kristen
-Sí, quizá si- suspiro.
El día pasa sin que deje de pensar en Isabella. No puedo concentrarme en el diseño de este nuevo edificio. Sinceramente no.
Cumplo con mi trabajo sin estar completamente concentrado y finalmente llega la hora de irme. Sonrío cuando me dirijo hacia el restaurante en donde se supone que trabaja Isabella. Cuando llego veo que está saliendo.
La miro de arriba abajo; es sumamente hermosa. El cabello ondulado le llega a la mitad de la espalda y noto que tiene unas largas piernas. Mierda, controla tus pensamientos, Edward.
No me atrevo a bajarme del auto y hablarle. Y espero a que ella se suba a un autobús para seguirla. Me pone de los nervios que vaya ahí pero no quiero intervenir. Tengo que seguirla de tal modo que ella no me note. Algo me dice que si se entera de que la sigo me armará un escándalo.
Después de un rato Isabella baja del autobús. Es un barrio peligroso y oscuro lo cual me preocupa. La pierdo de vista para dejar mi auto estacionado en la esquina. Cuando me bajo tengo la esperanza de que ella todavía no se haya metido a su departamento pero tengo mala suerte; se ha metido. Por suerte tengo la tarjeta de Charlie y veo que el departamento de Isabella es el número cinco.
Me espero un rato antes de ir a tocarle la puerta. Estoy sumamente nervioso y lo sé porque respiro agitadamente… estoy por arrepentirme pero puede más mi deseo de conocerla.
Estoy frente al departamento y toco la puerta. Quizá esté dormida. La puerta se abre dejándome ver a una sexy Isabella despeinada y con un provocativo pijama.
-¡¿Cómo has llegado aquí?!- grita. Me molesto un poco. Qué escandalosa es.
-Cállate, ¿Quieres?- le reclamo.
-No me callaré, no cuando vienes a molestar a mi casa, que por cierto no tengo idea de cómo diste con ella…
-Tus padres me lo han explicado todo, Kristen si murió- contesto. Ella hace una graciosa cara de furia.
-¡Hasta que por fin lo entiendes! Ahora si podré vivir tranquilamente…
Ni lo pienses Isabella, no te dejaré.
-No… Isabella- acaricio su mejilla, es tan suave su piel. La sensación de electricidad en mi piel aparece de nuevo-. No dejo de pensar en ti desde que te vi… Eres igual a ella… Incluso más hermosa
-Oh, por favor- me gruñe pero no me aparta-. Me dices eso porque quieres sustituir a Kristen ¿No es así? Si viniste a buscarme para eso, estás demasiado mal
-Yo no pretendo eso- contesto furioso… ¿Es que acaso todo mundo pensará lo mismo?
-¿Entonces?
-No lo sé- admito obligándome a apartar mi mano de su mejilla-. Creo que soy un imbécil, me has atraído en un principio porque eres igual que…
-Igual que ella- me interrumpe-. Puede que sea igual físicamente, pero… No tengo su personalidad, lamento informarte
-Lo sé, por eso no dejo de pensar en ti… Eres diferente, quiero conocerte, Isabella
-Pero yo no a ti, de hecho ya sé quién eres… Un maldito heredero
Sonrió perversamente.
-Entonces te intereso…
-No, leí que te casarías con mi hermana, eso es lo que sé de ti… No me molesté en leer el artículo porque la vida de esa clase de personas no me interesa
-Pero era tu hermana- protesto. Isabella es algo cruel.
-Sí, lo era y la quería, pero me aparté de sus vidas porque no encajo en ese mundo…
-¿Qué mundo?
-¿Podrías largarte?- me pide enojada-. Ya me hiciste hablar de más, no pienso contarte nada
-Volveré Isabella, te juro que nos vamos a volver a ver…- le advierto-. No puedes entrar en mi vida y luego desaparecer sin más
Estoy muy serio porque es verdad. Isabella no debe irse de mi vida y no porque quiera recuperar a Kristen sino porque tengo el presentimiento de que Isabella apareció por algo.
-Desde luego que puedo desaparecer- me dice. Comienzo a asustarme. Ella no se irá.
-No lo harás, te tendré muy vigilada
-Está bien, no me iré a ninguna parte… ¿Podrías irte y dejarme tranquila?
Con eso me siento más tranquilo y decido que voy a molestarla un poco, es divertido. La miro de arriba abajo, deleitándome con lo que veo. Se ve sumamente provocativa con su braguita y camisa de tirantes rosa.
-Eres como ella en ese sentido, siempre se ponía ese tipo de pijamas
-Vete de aquí
Me cierra la puerta en las narices y eso me deja boquiabierto. Que grosera es Isabella, pero que importa, es divertido. Me gusta su actitud.
Definitivamente mi vida va a cambiar con la llegada de Isabella. No puedo alejarme de ella porque Isabella ha hecho lo que creí imposible… que volviese a sonreír.
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Bueno bueno, esto es menos de lo que prometí pero es que de verdad no he tenido tiempo de estar en la página. De hecho hice un esfuerzo sobre humano para escribir jajaja. Espero que me disculpen por no actualizar desde hace mucho :(
Aquí está el primer POV edward de los cinco que haré. Son los dos primeros capítulos, el segundo POV tendrá otros 2 y los demás igual. Espero que me perdonen. Merezco ser olvidada :( pero es que de verdad he tenido problemas con la escuela.
Saludos a todas las que han leido. Las quiero y creanme que continuaré con esta historia sea como sea jaja.
Besos!!
ATTE: Sachiko065
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