Mi Princesa Gitana (+18)

Autor: aliceancuhal
Género: Romance
Fecha Creación: 02/08/2013
Fecha Actualización: 13/12/2013
Finalizado: SI
Votos: 6
Comentarios: 67
Visitas: 26311
Capítulos: 21

California del siglo XIX.

Alice es una gitana a la que han cogido presa y es vendida a un burdel. Jasper Whitlock, el soltero más codiciado de la ciudad. Al encontrarse el la comprara y la convertirá en su esclava. ¿Pasara algo más entre ellos?

Edward Whitlock casado con su joven esposa Isabella, estan esperando un hijo. ¿Todo ira como tenian planeado o el futuro les deparara otra cosa?

Rosalie Hale, despues de ser violada es repudiada por su familia y empieza a trabajar en el negocio "más antiguo" conocido. Emmett será su salvacion... o su perdicion.

 

Todos los personajes son de Stephenie Meyer, excepto alguno que he sacado yo.

 

Mi twitter: @Angy_sp07

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TRAILER

 

 

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Capítulo 11: Todo empeora

Atención!!! Chicas aparecen nuevos personajes!!!!!

 

 

 

Justo en el momento en que Rosalie y Emmett entraban al barco para su luna de miel, Jasper los divisaba al bajar de otro barco. Había sido un viaje horrible, con tormentas, con agua turbias… ¡Hasta con atracos! En fin, al final el viaje tardó una semana más de lo esperado, cosa que no dejo nada contento a Jasper que quería llegar cuanto antes a su California querida y lograrle sacar información a Carmen.

Nada más llegar a la casa sus padres se fueron a descansar y Lidia, la nana, como buena mujer que era le recomendó que también se fuese a descansar. Él no le hizo ningún caso y en cuanto vio que ella se iba fue a las caballerizas a por su caballo más rápido y se dirigió al burdel de Carmen.

Al verlo entrar a Carmen casi le da algo. Dios mío, le había prometido a Alice que no diría nada y cumpliría su palabra, costase lo que le costase. Jasper iba con gesto decidido hacia ella por lo que dedujo que ya se había enterado de la noticia y Carmen decidió parecer tranquila, aunque su intento era bastante fallido, pero con lo enfadado que estaba Jasper no se dio cuenta de eso.

-Jasper me alegro de verte… -Empezó pero la interrumpió rápidamente

-¿Por qué con él? –Fue tan directo como siempre, pero ella se hizo la tonta.

-No se de que hablas cielo –Jasper dio tal golpe en la mesa sobre la que se encontraba más cerca que dejo a la mujer totalmente pálida.

-Carmen lo se todo, me lo dices por las buenas o por la malas.

-No puedo decírtelo, le prometí que no te lo diría y no te lo diré, tal vez en algún momento ella pueda decírtelo. Eso sí… no tengas muchas esperanzas de que eso suceda pronto.

Jasper volvió a dar otro golpe a la mesa y se fue de allí con tan mala suerte de que a unos pasos del burdel se cruzo con Alice.

La observó.

Lo observo.

Y así se quedaron durante un rato. Jasper pudo notar cambios en ella. Ya no tenía el brillo que tanto le gustaba en la mirada, estaba más delgada y sobre todo lo que más noto, aparte de sus ojeras, fue una marca en el cuello. Un maldito chupetón que hizo maldecir al rubio por sus adentros.

-Hola –saludó él.

-Hola –le correspondió

-¿Por qué? Con cualquiera Alice, pero con él no puedo creerlo.

-En los días que estuviste fuera, el me visitó. Vi que se había portado muy bien con mi gente y poco a poco me fui enamorando de él, eso es todo no hay nada más que contar Jasper. Es mi esposo, lo amo y me gusta hacerlo feliz. –Jasper lanzó un gruñido y se despidió de ella de manera hosca.

-Adiós y que seas muy feliz. Yo te aseguro de que lo seré. –Dejó a Alice con unas ganas horribles de llorar.

Lo que más le dolía era que él no se había percatado de que Aro estaba en la puerta de una tienda observándolos y que podía escucharlos a la perfección. Por lo tanto no le había podido decir que iban a tener un hijo, que lo amaba solamente a él, que el comandante la había amenazado. Tantas cosas que no pudieron decirse…

-Muy bien mi querida esposa. Estoy seguro que algo de todo lo que has dicho es verdad –iba diciendo mientras la rodeaba y se paro justo detrás de ella para atraerla hacia el por la cintura –te encanta hacerme feliz… Sobre todo en la cama ¿verdad piojosa? –Le susurro al oído y Alice se estremeció del asco que le dio. –Mira como te estremeces en mis brazos.

-Jamás. ¿Sabes por qué? Porque al único que podre amar será a él. Al único que me entregare de forma voluntaria será a él. –Le dijo Alice apartándose de él. Aro se enfado y la empujo para que se metiese en la carroza.

-A casa –le dijo al cochero –Escúchame estúpida princesita, no sabes con quien tratas y esto que acabas de decir lo pagaras muy caro.

Los señores Whitlock estaban descansando en sus habitaciones cuando una de las empleadas tuvo que interrumpir muy apenada su sueño.

-Mi señor, disculpe pero un hombre que dice ser amigo suyo lo está esperando en la sala de reuniones. –Amador Whitlock, todavía lago desorientado por el sueño se levantó de la cama intentando no hacer ruido para no despertar a su esposa.

-¿Cuál es el nombre de ese señor Cristina?

-Dijo que era Carlisle Cullen. –Nada más oír el nombre de su viejo amigo salió disparado hacia la sala.

Lo vio allí sentado, estaba igual que siempre, rubio, alto, delgado, con su cuerpo atlético. En fin el hombre con el que había compartido tantas aventuras en su juventud que un día desapareció para irse a Londres.

-Carlisle, amigo que alegría verte aquí. ¿A qué debo esta tan afortunada visita? –Carlisle se dio la vuelta y le dio un fuerte abrazo al señor de la casa.

-Amador, no has cambiado nada viejo amigo. –Le palmeo la espalda –Bueno Amador yo he venido aquí para hablar sobre tu hijo mayor y mi hija.

Amador sorprendido se sentó en uno de los sillones y le indico a su amigo que hiciese lo mismo. Hizo un movimiento de cabeza indicándole a Carlisle que hablase.

-Bueno mi hija Mari Ángeles dice haber visto a Jasper y se ha quedado prendada de él según me afirma y quiere contraer matrimonio, no sé como lo verías… o como lo vería Jasper.

-Vaya… esto es una sorpresa… Tendría que hablarlo con él aunque no te prometo nada, últimamente está un poco… extraño –dijo decidiendo las palabras más precisas.

-Bien, yo me voy. En cuanto tengas noticias háblame. Mira ¿sabes qué? –Dijo mientras abría su cartera –Ten una foto de ella para que se la enseñes a Jasper.

Amador sonriendo se sirvió un trago de brandy. Si su hijo aceptase la proposición de matrimonio por fin sentaría la cabeza y podría tener un heredero. Mientras pensaba eso Jasper entro con fuego en los ojos, furioso por las declaraciones de Alice. Al ver a su padre tan sonriente decidió ver que le tenía tan contento.

-¿A qué viene tanta sonrisita? –le pregunto ásperamente, pero su padre ignoro ese tono de voz.

-Mira esta foto y dime qué te parece está machucha. –le dijo mientras le mostraba la foto.

-Es una bella mujer.

-Pues quiere casarse contigo. –Iba a decir que ni de broma pero unas palabras se repetían en su mente. Poco a poco fui enamorándome de él. Es mi esposo. Lo amo. Todo eso lo hozo cambiar de opinión.

-Acepto quiero que la boda sea cuanto antes. Si puede ser para esta semana mejor. –Esas palabras sorprendieron a Amador de la mejor de las maneras. Jasper se fue hacia su cuarto para descansar, ahora sí, del viaje.

-Lucio, ves a buscar al señor Cullen y le avisas de que se apresure a buscarle un traje a su hija para el viernes. Habrá boda. –Le dijo a su más fiel sirviente.

-¡AAAAAHHH!

-¿Te duele verdad? Pues esto no ha hecho nada más que empezar maldita zorra –otro latigazo se escucho en la habitación.

Alice solo lloraba, no por el dolor que le causaba el comandante que era bastante, si no por que tenía miedo de que a su pequeño bebé, su hijo le pasase algo.

-Para por favor vas a matarme. –Dijo entre lágrimas. El estaba dispuesto a no hacerle caso pero García les interrumpió.

-Señor, tiene visita. –fueron las cortantes palabras del hombre rechoncho. –Mi señora, es un salvaje, un animal, no es humano. –le dijo mientras la cubría con la sabanas. –Hay que llamar a un medico mi señora.

-No García déjelo.

Aro se dirigió hacia la pequeña sala de estar que tenia y allí vio a Mari Ángeles, a quien recibió con una sonrisa ladeada y un ardiente beso. Cuando finalizaron el beso pudo ver como ella sonría y eso le dio a entender que algo bueno pasaba.

-Habla. –le exigió.

-Ha caído en nuestra trampa, el viernes estás invitado a mi boda con Jasper Whitlock.

Alegre por la noticia volvió a besarla fervientemente y la tumbo sobre el sofá besándole el cuello y allí se volvieron a entregar uno a otro.

Cuando acabaron volvió a la habitación donde Alice hablaba con García y le dijo al último que se largase de allí. Cerró la puerta con pestillo y se giro para encararla.

-¿Ves como yo no soy el único malo? –Alice lo miro con cara de duda. –A no lo sabes cierto… Me acaban de informar de que tu queridísimo Jasper, este mismo viernes contraerá matrimonio con la hija mayor del señor Cullen.

-No… -apenas susurro Alice. –No es posible.

-Oh, sí que lo es querida mía y nos han invitado a la boda. Tendré piedad de ti y hare que no vayas a la ceremonia… o tal vez quieras ir. –Alice negó con lágrimas en los ojos.

Jamás podría mirarle a la cara después de eso. Jasper, el mismo que le había echado en cara el casarse con Vulturi se iba a casar con esa dama. En cuanto pudiese hablaría con la vieja Sounya y le pediría que les maldijese a ambos hombres por hacerla sufrir tanto.

Se sentó en la cama y espero a que las lágrimas viniesen para echarse a llorar.

Benjamín, que se había ido con su hermana y ahora su cuñado a la luna de miel, entró sigilosamente a la habitación de los recién casados. Era de noche y acababa de tener una pesadilla. Necesitaba dormir con alguien porque tenía miedo.

Emmett que todavía estaba despierto lo vio entrar y le hablo susurrando para no despertar a Rose.

-¿Qué te pasa Benja?

-Que he tenido una pesadilla. Oye. ¿Por qué estas durmiendo con mi hermana? –Pregunto inocentemente el niño.

-Pues… em… porque ha tenido una pesadilla. Como tú. –Invento rápidamente, pero el pequeño que tenía un pelo de tonto dudo al ver que ella no llevaba ropa en los hombros.

-¿Y por qué no lleva el camisón eee? –Inquirió haciendo que sus ojos se convirtiesen en dos pequeñas rendijas.

-Porque… del susto que tenía se le ha caído. –volvió a mentir.

-Seguro… Escúchame listillo yo seré el hombre que defienda su honor. –dijo muy seguro de sí mismo el pequeña hombrecito.

Rosalie que fingía estar dormida no pudo evitar reír al escuchar a su pequeño hermano discutiendo con su esposo. Emmett que la oyó reír se volvió su cabeza hacia ella.

-Deberías ayudarme o mi pequeño cuñadito no nos dejara volver a dormir juntos. –Susurró el morocho

Rosalie se puso seria y decidió echarle una mano.

-Haber cuéntame esa estúpida pesadilla que ha hecho tener miedo. –Dijo Rosalie incorporándose a la vez que se tapaba con la sabana.

El pequeño le relato de cabo a rabo la pesadilla que Emmett se molesto en ir diciendo bobadas para que el niño riese y se le quitase el miedo. Eso no paso desapercibido para Rose que se enterneció con el gesto y se imagino cómo se vería Emmett consolando a su pequeño o pequeña cuando tuviese pesadillas.

Finalmente Benjamín se tuvo que quedar a dormir con Rosalie y mandó a Emmett a otra habitación, que salió refunfuñando.

Leticia estaba dando un paseo, a la mañana siguiente de que su padre les anunciase que su hermana se casaría con el heredero Whitlock.

Ella no quería casarse, prefería estar más al tanto de los negocios con su padre, quería estudiar. No quería ser de esas damas que fingen tener una vida de lo más deliciosa, con sus vestidos caros y sus mariditos estirados. Ella quería ser simplemente libre, no tener ataduras de nada.

Bueno eso pensaba hasta que lo vio. Un hombre alto de pelo negro, demasiado largo para como dictaba la moda, con unos ojos color café. Hasta ahí era todo normal, pero su vestimenta era lo que no coincidía para nada con la época. Parecía un maleante y eso es lo que le atrapó.

No pudo dormir ni esa noche ni las demás hasta el gran viernes.

Dentro de unas horas se celebraría la boda de su hermana.

 

Capítulo 10: Todo empeora Capítulo 12: Noche de Bodas

 
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