El tiempo seguía pasando el rastro de Victoria, me llevo a New Orleans donde el rastro se dividía tuve que elegir por donde continuar, decidí ir hacia el norte a Oklahoma ya que era mas fuerte el rastro para ese lado y seguí un par de huellas que estaba seguro eran de ella y su olor me dirigió a Dallas donde pase de noche y recuerdo que estaba lloviendo me recordó a Forks y por consiguiente a Bella y sus gustos o mas bien dicho lo que no le gustaba, la lluvia y el frío, que ironía no le gustaba el frío y me quería a mi siendo yo un verdadero témpano de hielo.
Luego me traslade a Kansas donde solo podía captar su olor, se me hacía extraño que se moviera tanto ¿Por qué lo haría? ¿Acaso se habría dado cuenta que le perseguía? ¿Que estaría planeando?, era casi un acertijo imposible de resolver, no realmente no lo creo, si me hubiera percibido, me hubiera enfrentado o quizás no. Por lo que recuerdo ella era una verdadera gata y según sus pensamientos cuando se proponía algo no paraba hasta conseguirlo era una característica que la unía a su compañero.
Mi recorrido me mantenía bastante ocupado en las noches avanzaba mas que en las mañanas, no podía ser descuidado y menos en las zonas con mas habitantes, me sentía un verdadero inútil cuando no estaba rastreando y eso no me animaba nada pues mis instintos de rastreador eran muy limitados y las señales que dejaba Victoria eran cada vez más difícil de encontrar, ya que no se alimentaba tan seguido. Ya casi había recorrido todo el país pasando los días y las semanas pero no se acercaba a Forks, eso me tranquilizaba, en un momento pensé que si ella volviera por nosotros no tendría más remedio que volver y una pequeña ilusión se despertó dentro de mí, pero me tenía que contener y ser fuerte.
Y así seguía rastreando, su olor también me llevo a Denver donde en los alrededores fui de caza un par de veces. En Utah donde por un par de días se me perdió el rastro y tuve que volver como cuatro veces por el camino para poder recuperarlo, lo que más rabia me daba era darle tiempo para escabullirse y es que eso estaba haciendo.
Luego de unos días estaba a en Texas por el olor no estaba seguro si me encontraba en el lugar correcto era tal mi desconcentración que estaba empezando a perder la cuenta de los días que intentaba sobrevivir sin mi Bella, parecía que habían pasado siglos y no meses desde que yo separe su vida de mi existencia.
La melancolía cada vez que podía acababa conmigo.
El rastro me llevo un poco más al puerto ¿Que haría Victoria allí? Me dispuse a averiguarlo. Fui a la capitanía de puerto donde fingí ser un turista pretendiendo embarcarse y me dijeron era temporada de cruceros y que estaban partiendo constantemente a diferentes destinos pero que en los últimos días solo habían iban a Brasil y que los últimos cuatro tenían como destino Río de Janeiro y que una mujer muy hermosa y pálida igual que yo y había abordado en el penúltimo barco que había partido.
Fue lo que necesitaba saber, luego fui al mar donde el olor era más perceptible y se perdía allí. Ahora estaba seguro Victoria había partido a Brasil.
Fui directamente al aeropuerto donde espere el primer vuelo que salio hacía Río, la salida se demoro un poco por un asunto de la lista de los pasajeros, por suerte que tenia conmigo mi pasaporte. No me preocupaban las diferentes escalas iba a tener tiempo de sobra para esperar a que llegara Victoria.
Iba a tener mucho tiempo para dejar que la tristeza y las ganas de estar con Bella se apoderaban de mí, creo que no podía estar más alejado de ella, era odioso también sentir lastima de uno mismo, una vez en el avión las azafatas se peleaban por atenderme, recordé que a Bella no le gustaba que deslumbrara a otras personas, a si que trate de no hacerlo, les dije que no quería nada y solo les pedí no ser molestado y fingí estar dormido, de todos modos lo único que quería era estar solo, ya me estaba acostumbrando a que al sufrimiento y la soledad. Y también la ausencia de Bella aumentaba y se calaba en lo más profundo de mí ser, haciendo mil pedazos mis convicciones. Cada uno de los recuerdos junto a ella incluso el solo hecho de estar con ella o de verla dormir los atesoraba como lo más sagrado, no paraban de darme vueltas en la cabeza, eran lo único que me quedaba de ella.
Mientras me acomodaba con los ojos y trate de no pensar en nada. Pero no funciono.
En un instante las palabras de Alice se hicieron eco dentro de mí.
-Tú vas a volver, no quería decirlo pero lo harás y no vas resistir estar lejos de ella, te veo claramente.- Se repetían en mis pensamientos.
-Tú vas a volver.
-Tú vas a volver.
Volver ¿Sería realmente capaz? ¿Me atrevería a regresar? Volver a verla, estar frente a ella, sentir su dulce olor, tenerla otra vez entre mis brazos, sentir su calor, volver a ver sus ojos, el color de sus mejillas al sonrojarse. Me conteste que si, sin pensarlo.
Quizás volver solo para ver como esta, si retomo su vida, ella no tendría que saber que volví, entraría por su ventana de noche la vería dormir, me ocultaría en el día, seria un verdadero espía, mi estadía seria corta, un día a lo mucho dos. Luego de analizarlo un poco mas creía que no iba a ser capaz de contenerme y arrastrarme ante ella y suplicarle perdón y que me dejara volver, la amaba mas que a nada en este mundo y la extrañaba demasiado, extrañaba su mirada, su amor, sus tonterías y sin duda lo que más quería volver a oír era el latido de su corazón.
No eran muchas las personas que viajaban en esa parte del avión y el tiempo se pasaba rápido y las escalas por donde pasábamos no demoraban, yo me sentía tranquilo creía tener todo bajo control excepto lo que tenía en la mente otras preguntas me invadían ¿y si ya había pasado mucho tiempo? ¿Cuánto daño le cause? ¿Me estaría odiando? ¿Me habría olvidado ya? ¿Ya habría cambiado como se lo pedí? ¿Habría dejado de quererme? ¿Acaso ya no sería el dueño de sus sueños? ¿Alguien estaría ocupando el lugar que yo había dejado?
No tenía respuestas para aquellas preguntas. Bella tenía la capacidad de sanar y lo más terrible de todo es que existían esas posibilidades.
El vuelo se hizo corto no me di cuenta hasta que se anuncio por el altavoz que dentro de pocos minutos arribaríamos a la ciudad de Río Janeiro.
Me incorpore como si estuviese despertando, la azafata que se acerco me ofreció recordó que estábamos a punto de aterrizar y me pregunto tímidamente si necesitaba algo, deseando que le dijera que si o que le pidiera su numero o la invitara a Salir, le dije que no y le di las gracias.
Aterrizamos en el aeropuerto no había mucha afluencia de pasajeros era de madrugada estaba empezando a aclarar. Tome el primer taxi y le pedí que me llevara al puerto en portugués. No me demore nada en llegar el trafico recién se empezaba a notar.
Ya estaba llegando al puerto cuando el sol comenzó a aparecer, me baje del taxi y fui directamente un hotel cercano a la costa, me registre y me encerré en la habitación. Espere al crepúsculo y salí fui a la playa donde me senté a observar el mar, había mucha gente disfrutando aun del mar su brisa salerosa me inundaba y el oleaje era constante y perfecto. Ya solo quedaba esperar la llegada del barco donde venía Victoria y como siempre yo solo pensaba en Bella.
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