-Bella, ¿estás bien?
-No...-y empecé a llorar.
Me abrazó fuertemente y lloré hasta quedarme profundamente dormida.
A la mañana siguiente desperté en la cama, le busqué pero no estaba. Me quería levantar pero estaba totalmente mareada, lo veía todo borroso y oscuro, y fue cuando se abrió la puerta.
-Hola cariño, ¿estás mejor?
-No..vee-eo naddda..- no podía ni hablar.
En ese momento Edward sacó su móvil y llamó a alguien.
-Sí, hola, quería pedir una ambulancia urgente por favor.-le dio la dirección y colgó.
Yo ya no daba más de mi y caí de espaldas en la cama.
-Bella, tranquila, enseguida llegarán a buscarte y yo estaré contigo, por favor..
Y se volvió todo negro.
--------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------
Desperté en una camilla y había muchos tubos a mi alrededor.
-¿Ed..edward?
-Bella, estás bien? por favor, dime que sí.
-Sí, supongo..
-Hoy te darían el alta si despertabas, te duele algo?
-No, estoy algo..confusa..
-Lo entiendo, pero no tendrás que ir a trabajar en una semana por lo menos, lo hemos hablado con tu jefe.
¿JEFE?!! o no, era mi padre!
-¡¡NO!! por favor, dime que no lo has hecho, no, no, por favor, no...-y empecé a sollozar.
-Bella, lo hemos tenido que hacer, hemos dicho que estabas de baja y en un tiempo no podrías ir, no te alteres por favor, es lo menos que tienes que hacer.
-Edward...no lo entiendes...
-Explícamelo.
-Cuando lleguemos a casa, es demasiado..complicado..
-De acuerdo, pero no te alteres por favor.
-Vale, te quiero.
-Y yo más
Llegamos a casa tras darme el alta médica, y yo me acosté en la cama junto a Edward.
-Entonces, ¿me dirás qué es complicado?- me preguntó recostándome en su pecho.
-Supongo... no es fácil...
-Aún así, me gustaría saberlo.
-De acuerdo… es que resulta que… el jefe de mi empresa es mi… padre…
-¿Tu padre? Es estupendo, ¿no?
-No, no lo es.
-No te sigo.
-Verás, el no me ha dado una buena infancia, siempre me sacaba errores a todo lo que hacía y cuando se equivocaba y yo se lo decía me golpeaba…
-¿Qué? Bella... eso es horrible…
-Por eso es complicado… y la otra noche cuando me llamaron y dormí llorando… te acuerdas?
-Sí.
-Me llamó él… diciéndome por qué había faltado al trabajo. Y cuando le dije que me encontraba mal, me dijo que llegarían consecuencias.
-Bella, ¿por qué trabajas allí con tu padre atormentándote?
-No puedo irme, no me dejaría, y ahora con lo de la baja… acabaré de nuevo en el hospital con algo roto…
-No Bella, no permitiré que te golpee más cuando no es culpa tuya, se acabó. Es tu padre, no puede tratarte así. Vendré a vivir contigo o tú vivirás conmigo, conseguirás un trabajo en la empresa donde trabajo yo, y donde encontrarías un buen empleo, y no volverás a ver a tu padre hasta que sepa tratarte como debería. Iré a por mis cosas.
-¡Edward no por favor! ¡No me hagas esto!
-Lo tengo que hacer Bella, por ti.
-Me cuidaré de él, pero te aseguro que he intentado cambiar de empleo millones de veces.
-¿Y por qué ahora no estás trabajando en un lugar mejor? Explícamelo.
-Porque no puedo marcharme, mi padre no me deja irme. Edward, por favor, tienes que creerme.
-Y te creo, pero lo que no creo es cómo puede ser un padre así con su hija… ¿qué hace tu madre?
-Murió hace años… cuando era niña… desde ese momento empezó a maltratarme…-y empecé a llorar tras recordar eso años tan duros.
-Lo siento Bella, no lo sabía… yo creo que no acepta que tu madre no esté con él…
-No lo sé, pero Edward, tengo mucho miedo…
-Lo sé, pero esto cambiará… pronto.
-¿Qué harás?
-Nada… de momento… ¿entonces vengo yo aquí contigo o vas tú a mi casa?
-Ven tú, me gustaría seguir aquí si no te importa…
-Para nada, ahora mismo iré a por mis cosas, vendré en una hora aproximadamente.
-De acuerdo, te quiero, y gracias.
-No me lo agradezcas, te amo.-y me dio un dulce beso.
Le estaba esperando cuando me empecé a marear, le llamé a Edward para decírselo, aunque llegaría en veinte minutos más o menos.
-¿Hola?
-Edward… soy Bella… me estoy encontrando mal… tardarás mucho?
-Estaba de camino, ¿qué te pasa?
-Me dan mareos, y hay ratos que me cuesta un poco respirar.
-Estoy en tu portal. Espérame.-y colgó.
A los treinta segundos entró por la puerta, vino corriendo a mi habitación, dejó la maleta y vino a mi lado.
-No se me pasa Edward..
Me tocó la barbilla con la mano y me besó la frente.
-Creo que tienes fiebre… ¿dónde tienes un termómetro?
-En el segundo cajón.-lo cogió y me lo puso.
-No te muevas, te haré una manzanilla.
-Vale…
Se fue a la cocina, yo llevaba mucho rato con el termómetro puesto y no sonaba… lo miré y me asusté.
-¡Edward!-le grité.
Vino a la carrera.
-¿Qué pasa? ¿Estás bien?
-No, compruébalo tú mismo.
-Dios santo Bella… 39 y medio…
-Edward ¿qué me pasa?
-No lo sé, pero tranquila, se te pasará si descansas.
-No Edward, descansando no te baja la fiebre de 39 y medio…
-Pero tampoco es mejor estar danzando por ahí todo el día…
-¿Podemos dar una vuelta por el parque a que me de el aire, por favor? Odio que me encierren.
-Vale, pero no estaremos mucho y vendremos pronto a casa.
-Vale, si me mareo o algo te lo diré. Gracias, Edward.
-Eres mi vida.
Me vestí rápido y salimos a dar una vuelta.
|