Estuve sorprendido por lo directa de su pregunta. Bella era muy franca, tan atrevida. Me pare al lado de su cama y me apoye en los barandales, para detenerme. Me miro con ojos de ciervo deslumbrado por los faros y cuestionándome con la mirada. No sabía por dónde comenzar, pero ella parecía que me llevaría fácilmente hacia las respuestas.
“¿Quieres escuchar mi teoría?” Me sonrió un poco. Ella sabía que tenía razón, pero quería jugar un poco conmigo. O eso era lo que sentía mi estresado cerebro.
“¿Otra teoría?” Ya habíamos hablado de cómo ella pensaba que yo era diferente. Las ideas eran tontas, por decirlo de alguna manera. Yo no era Superman o incluso Spiderman. Trataba de advertirle que yo era malo, pero ella no escucho.
“Sí. Pero yo creo que estoy acertada esta vez” Gentilmente puso su mano sobre la mía. Su mano era como fuego sobre mi piel. Ella no se estremeció con la diferencia de temperaturas. Parecía disfrutarla. Era anormal. Se supone que ella debería temerme, pero parecía que la acercaba más a mí.
“Entonces con todo lo que conlleve, por favor explícame” Gire mi mano para que sus dedos descansaran en mi palma. Ella recorrió con sus yemas mi piel, casi como si disfrutara la textura. Me pregunto si se siente como mármol para ella.
“¿Recuerdas que fui a la Push este fin de semana?” Sus dedos seguían recorriendo las líneas de mi palma. Ella no me miraba, sus ojos estaban fijos en sus propios dedos.
“Ah… si lo recuerdo” Supe que ella sabría la verdad. Los lobos tenían buena memoria. Estaba molesto, pero no había nada que pudiera hacer, así que ya no importaba.
“Tengo un amigo que vive ahí. Pienso que trataba de asustarme con esas ‘Leyendas’ él me dijo sobre ustedes. Honestamente no me dijo gran cosa” Lo dijo apresuradamente. Como si arrancara un curita. Aunque no doliera menos.
“Escuchaste una historia de terror y te acordaste de mí. Eso es encantador” Gire un poco mi cabeza y suspire.
“Dijo tu nombre. Bueno a los Cullen. Me hablo sobre estos… Fríos” Jalo mi mano y la acerco a sus labios. Beso cada uno de mis nudillos, dejando sus labios jugar con mi piel.
“¿Estoy frío para ti?” Susurre. Ella no respondió y me pregunte si me llego a escuchar. Después de un momento me vio y sonrió, sus ojos chocolates brillaban.
“Solo cuando te toco” Beso nuevamente mis nudillos.
“Tú… tu deberías de temerme” Murmure “Ahora que sabes que soy…”
“No tiene importancia” Dijo encogiéndose de hombros.
“¿Qué no tiene Importancia?” Repetí enojado. No estaba seguro con quien lo estaba. Conmigo más que nadie. Ella necesitaba temerme, incluso si solo quería protegerla. Quite mi mano de las suyas y la metí en el bolsillo del pantalón. “Soy un monstruo”.
“Eres mi salvador” Susurro, su voz no tembló ni dudo. Era fuerte al igual que sus palabras.
“¿Mi dieta no te dice algo?” Me gire hacia la ventana, viendo la oscura noche. No podía ver la fortaleza que ella tenía. Debería estar asustada de mí y no lo estaba. Mi mente removía todos los pensamientos. Honestamente jamás la lastimaría. Pero ella no podía estar segura de eso, especialmente después de lo que le sucedió esta noche. Ella no debería de confiar jamás en ningún hombre.
“Ah, eso…” Dijo como si no tuviera importancia.
“Si eso” Gruñí literalmente. No podía controlar mi voz.
“Puedo tolerarlo” Murmuro a la defensiva.
“No me alimento de… tu especie… solamente me alimento de los animales” Hable como si lo hiciera para la ventana, mis brazos entrecruzados sobre mi pecho. Trate de suavizar mi tono para no asustarla.
“Lo sé, eso fue lo que dijo Jake. Estoy a punto de comerme una vaca ¿Qué diferencia hay en eso?” Pude escuchar la diversión en su voz.
“Nos llamamos a nosotros mismos vegetarianos” Resople “La pequeña broma personal de mi familia. Aunque de todas formas somos peligrosos. Todavía tenemos la necesidad de…” Me detuve. No podía explicarle más. Pero estoy seguro que me entendería.
“¿Estas hambriento ahora?” Me pregunto, en su voz había curiosidad.
“No…” Me salió fácilmente, no pude evitar que saliera de mis labios. Y era la verdad. No está hambriento. No había pensado en mí sed en toda la noche, bueno, no desde que mate a los hombres.
“Entonces quédate conmigo” Susurro otra vez. La pude escuchar que trato de sentarse un poco más. Me gire y puse mi mano en su hombro, empujándola gentilmente sobre el colchón.
“Lo hare, pero tú necesitas descansar” Le dije.
Ella asintió y se recostó, su cabeza descansaba sobre la almohada. Podía escuchar los pensamientos de Charlie que venía por el pasillo. Estaba pensando que jamás dejaría a Bella sola otra vez. Que tendría que haberla protegido. Al menos había cambiado de su mantra anterior. Su aturdimiento había cambiado a frustración y enojo. No podía culparlo con cada una de sus emociones.
“Espero que estés hambrienta” Me arrodille a su lado otra vez, cruzando mis brazos sobre el colchón. Ella sonrió un poco con mi acción, su labio todavía no se movía. Me preguntaba por cuanto tiempo duraría la anestesia.
“Tengo tantas pregunta que quisiera que me contestaras” Levanto su mano y entrelazo sus dedos con los míos.
“Y las contestare” Le dije mientras miraba sus ojos chocolate. Estaba completamente atraído por ellos, tenía una forma de hacerte profundizar en ellos.
“Empezando en cómo me enco…” La pregunta se detuvo cuando Charlie abrió la puerta. Podría decir que estuvo llorando otra vez, su cara estaba roja e hinchada de nuevo.
“Muy bien hija, vuela una hamburguesa” Dijo con un falso tono despreocupado. Acerco la mesa de servicio y la puso sobre su regazo. Empezó a sacar las cosas de la bolsa de papel y acomodándolas para ella. Bella tomo la hamburguesa de la mano de él.
“Gracias papa, pero yo puedo hacer eso. Mis brazos no están rotos” Empezó a desenvolver la hamburguesa. Abrió un sobre de cátsup y lo sirvió en una servilleta. Tomo varias papas fritas y las unto con el ingrediente y las llevo a su boca. Hizo un zumbido de satisfacción con su garganta. Me preguntaba como algo que olía tan extraño podía saber bien.
“Despacio o te vas a atragantar” Reí con sus mejillas abultadas.
“Bueno, al menos ya estoy en el hospital” Dijo después que paso el bocado y me sonrió.
“Eso está bien, pero creo que ya tuvimos suficiente por una noche. ¿Dejamos el atragantamiento para mañana?” Le dije suavemente. Quise levantar mi mano para acariciar su mejilla y sus labios, pero la aleje por su padre.
“Ja, si insistes…” Me sonrió otra vez. Estaba sorprendido que lo hiciera tan fácilmente. No que este todavía consiente de lo que realmente le sucedió.
“Hablando sobre suficiente por una noche, yo creo que es hora que te vayas a casa Edward” Charlie me apresuro. Odiaba tenerme ahí, cerca de Bella, su mano me sujeto con fuerza y sus ojos tristes rogaban a su padre.
“Si quiere que deje la habitación, eso haré señor” Mire los ojos de Bella mientras me levantaba. Estaban llenos de lágrimas sin derramar.
“Ve a casa y descansa” Me golpeo suavemente en el hombro en lo que podría ser un gesto confortador. Él estaba agradecido que encontrara a su hija, pero yo lo ponía nervioso, al igual que a las demás persona.
Me incline y bese la frente de Bella. No me importo que Charlie estuviera en la habitación. Casi lo escuche ponerse tenso junto a mí cuando la toque. Acerque mis labios al oído de Bella y le dije para que solo ella me escuchara.
“No me iré del hospital hasta que tú lo hagas ¿De acuerdo?”
Ella asintió con la cabeza giro suavemente su cara. Sus cálidos y suaves labios tocaron mi mejilla. Sentí como si mi muerto corazón regresara de nuevo a la vida. Me tomo todo el autocontrol de mi cuerpo el no girarme y besar sus labios. Pero ahí estaba su padre y después de todo lo que paso esta noche… ni ella ni yo estábamos listos para esto… todavía no.
Fui a la sala de espera justo afuera de la habitación y me senté en una incómoda silla de plástico. Solo una enfermera estaba en la estación de enfermeras y se veía aburrida. Era otra de la que nos había recibido así que supongo que era la falta de emociones de Forks lo que la tenía en este estado. Respire profundamente y pensé lo que había sucedido esta tarde. Había pasado por muchísimas emociones en poco tiempo. Enojo, odio, furia, dolor, amor, felicidad y temor. Eran demasiadas cosas para manejarlas al mismo tiempo. Había estado cerrado a las emociones por tanto tiempo que la nuevas sensaciones eran abrumadores.
El pequeño celular comenzó a vibrar en mi bolsillo. Lo saque y vi el nombre de Alice en la pantalla. Lo abrí y lo presione contra mi oreja.
“Ya está todo bajo control” La voz de Alice era baja y rápida.
“Bien” Fue todo lo que pude decir.
“¿Estas bien?” Dijo en un tono suave y preocupado. Estoy seguro que ya había visto la respuesta, pero era muy dulce de ella por preguntarlo.
“No realmente. He estado mejor” En realidad no pensé lo que decía. Por lo menos Bella estaría en el hospital hasta mañana. Eso era lo de menos, las cosas solo se tendrían que mejorar a partir de ahora.
Hubo un largo silencio.
“Si, todo se pondrá mejor”
“Gracias hermanita” Sonreí un poco.
“Lo siento” Dijo suavemente “Desearía poder haberlo visto antes”
“Lo sé. Está bien. No es tu culpa. Yo lo sé. Y tú también deberías saberlo. Debí de estar más atento” Mire fijamente la puerta de la habitación de Bella. Me empecé a enojar otra vez, pero solo conmigo mismo.
“Tampoco es tu culpa, y tú lo sabes” Dijo en un tono tranquilizador.
“Si, lo es” Apenas moví los labios al decirlo. “Y voy a tratar de compensárselo por siempre”
“A ella le va a gustar eso” Pude escuchar que su tono de voz cambio un poco. De seguro estaba viendo el futuro.
“¿Le gustara Alice?” Le pregunte. Tenía muy poca confianza en mí mismo, especialmente en este momento, cuando se refería a Bella siempre estaba inseguro.
“Ella te ama” Declaro después de un largo minuto. Puedo decir que estaba emocionada por esto.
“Yo también la amo” Sonreí a la puerta cerrada “Pero tú ya sabias eso”
“Al final todo va a salir bien” Alice dijo alegremente antes de colgar. Estaba contento que pensara eso, por qué yo no estaba muy seguro. Me levante de la silla y me fui a un sillón y me acosté. No podía dormir, pero me podía relajar. Puse mis brazos sobre mis ojos para bloquear la luz blanca del hospital. Me concentre en los pensamientos de Charlie. Quería tener vigilada a Bella lo más que fuera posible. Quería asegurarme que estuviera contenta y a salvo.
“Pobre niña. Mi pobre hija. Se ve como si estuviera cansada. Cierto deben de ser los medicamentos para el dolor que le dieron. Siempre se queda dormida con esos medicamentos. No puedo creer que este sonriendo. Me pregunto si realmente estaba en Port Ángeles con Edward y no con las chicas, como me había dicho. Aunque no quiero presionarla. Edward al menos parece un buen chico. Se veía realmente impresionado por esto. Realmente le gusta Bella. Me pregunto si debería ser amable…” Sus pensamientos me hicieron empezar a preguntarme sobre Jessica y Ángela, me pregunto si al menos llamaron a la policía para avisar que no la encontraban, si no tendría una pequeña nada agradable plática con ellas si no lo hicieron. Ángela al menos se veía una chica inteligente y amable, al menos ella lo habrá hecho, incluso si Jessica no lo hizo.
No estaba seguro que hora era, pero había pasado algunas horas. Las enfermeras cambiaron. Podía escuchar sus pensamientos que eran muy parecidos.
“Tengo que checar otra vez a la hija del jefe Swan. No puedo creer que no esté histérica en estos momentos. Yo estaría suicida…” Bloquee los pensamientos lo más que pude. No quería saber que le estaban haciendo en estos momentos.
Escuche la puerta de Bella abrirse, pero no me levante. Asumí que sería la enfermera saliendo o entrando. Escuche los suaves pasos descalzos contra el piso de linóleo, antes de que su dulce esencia me golpeara tan fuerte como un tren descarrilado. Moví mi brazo de mis ojos y le di un vistazo. Estaba de pie a menos de un metro de mí, sus ojos veían mi cuerpo recostado. Estaba cobijada con una manta verde alrededor de sus hombros, sus manos la sujetaban con fuerza para no soltarla. Se mordía su labio inferior.
Me senté rápidamente y ella se sentó en la orilla del sillón. Miro alrededor y después de unos segundos se giró hacia mí.
“¿Podemos hablar?” Se veía tan tierna tratando de ser furtiva.
“Sobre cualquier cosa que desees” Mi mano automáticamente agarro la de ella. No me había dado cuenta cuanto había echado de menos hacerlo hasta este momento.
“¿Cómo me encontraste?” Pregunto en voz baja.
“Te busque…” Empecé pero me detuve. ¿Cómo podía contestarle esto? Como podía explicarle sin parecer un demente.
“¿Cómo?” Me pregunto nuevamente, su voz un poco más fuerte esta vez.
“Te seguí por tu esencia, mayormente. Y escuche los pensamientos de los otros” Dije después de tragar en seco. Lo mejor sería solo decirlo sin rodeos.
“¿Qué es lo que estoy pensando en estos momentos?” Sonrió de lado. Puedo decir que estaba tratando de reírse de mí, pero esto era una de las cosas más frustrantes sobre ella. Desearía poder leer sus pensamientos para saber por qué estaba sonriendo.
“No lo sé. No puedo escuchar los tuyos. Desearía poder hacerlo. Sería más fácil algunas veces, pero aun así amo… tus silencios la mayoría del tiempo” Admití.
“¿Por qué no puedes escucharme?” Se recargo en el respaldo, y se sentó sobre sus piernas.
“No estoy seguro. Tengo la teoría de que tu mente es diferente a la de otros. Que funciona diferente” Dije después de un segundo. No sabía cómo decirlo sin ofenderla.
“Oh perfecto, soy un fenómeno” Murmuro y giro su cabeza para no mirarme.
“¿Yo escucho voces, y tú eres el fenómeno?” Resople. Giro su cabeza hacia mí y sonrió.
“¿Si?” Era una pregunta más que una afirmación. Puedo decir que estaba tratando de no reírse.
Me incline más cerca de ella. Levante mi mano para acariciar su mejilla, pero la aleje. No quería lastimarla o sorprenderla. Ella sonrió y su voz era tan cálida tan tentadora.
“¿Puedo preguntarte algunas otras preguntas?” Sus ojos eran sorprendentes, penetrantes y cálidos.
“Supongo, si tienes que hacerlo” Dije un poco sarcástico y poniendo los ojos en blanco. Ella río por lo bajo, teniendo la reacción que buscaba.
Se inclinó más cerca.
“¿Cómo puedes salir durante el día?” Miro alrededor después de preguntar.
“Mito, de alguna forma. Te enseñare algún día” Le prometí, estaba preocupado por su reacción, pero si la quería en mi vida, tendría que ver eso.
“Muy bien… ¿Crucifijos?” Empezó a enlistar.
“Mito” Respondí rápidamente. En realidad me gustaban las cruces, dependiendo. Algunas eran muy hermosas. Alguna vez tendría que enseñarle la que teníamos en la casa.
Frunció su nariz, tratando de pensar en más preguntas. En realidad se veía adorable.
“Humm… ¿ataúdes?
“No duermo para nada” Susurre entristecido por mi respuesta. Esta era la cosa que más odiaba de ser vampiro, además de estar maldito. La aburrición te podría volver loco. Me miro confundida por un momento antes de entender mi respuesta.
“Eso debe de ser difícil…” Admitió y mordió su labio.
“Lo es a veces. Pero no me canso como tú” Le explique.
“¿Plata?” Debió de darse cuenta de mi incomodidad por qué decidió cambiar de tema. Estoy casi seguro de que sabía la respuesta antes de preguntar. Simplemente quería ver mi reacción.
“Mi coche es plateado ¿Tú que piensas?” Me burle. En realidad era uno de mis colores favoritos.
Ella se río y se inclinó un poco más.
“¿Ajo?”
“Huele raro. Pero aparte de eso…” Moví mi mano frente a mi cara. La mayoría de las comidas humanas eran una ofensa para mi delicado sentido del olfato, pero el ajo era el peor de todos.
“¿Todos ustedes… pueden escuchar los pensamientos?” Su cara estaba a unos centímetros de la mía. Su dulce aliento se extendía por mi cara y lo respire profundamente. Me estaba volviendo un dependiente de él. Me tomo un momento responder.
“No… no todos tienen esas habilidades. ¿Tú puedes cantar?” Le pregunte. Era algo de lo que realmente quería saber. Me encantaría oírla cantar.
“No podría llevar la melodía” Frunció el ceño y se ruborizo.
“Bueno, pues ahí lo tienes. Todo mundo es diferente, algunos son más especiales que otros” Me reí “Te platicare sobre el resto de mi familia en alguna otra ocasión” Mire hacia la enfermera que se preguntaba que estábamos haciendo. Estaba tratando de oír, pero nuestra plática era tan baja que jamás podría escucharla. Estaba considerando checar a Bella, pero como no la veía molesta, no podía encontrar una razón de peso.
“Entonces realmente eres…” Se detuvo tratando de encontrar la forma adecuada de preguntarlo.
Me incline más hacía ella, no quería que la enfermera fuera capaz de leer mis labios. O quizás solamente quería sentir su piel contra la mía. Mis labios tocaron su suave oreja.
“¿Vampiro? Si”
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