Capitulo 2 "Esto no será sencillo"
Bella PoV.
No supe descifrar si fue el contacto con su fornido pecho o la cercanía con ese par de joyas verdes, lo que me hizo estremecer entre los brazos de mi opresor. Estábamos sumamente cerca; su gélido aliento se estampaba contra mi rostro haciéndome desear besar esos labios rojos que tenia tan próximos a los míos, me invadieron unas increíbles ganas de acariciar su cabello perfectamente ordenado y descubrir lo que había detrás de esos carnosos labios con mi propia lengua… levante mis ojos hasta toparme con lo suyos y entonces, el encanto se rompió. ¡Estábamos hablando de Edward Cullen! El chico más engreído, presuntuoso, odioso y presumido de todo el instituto, ¿Cómo podría tener ganas de besarlo? ¡Si yo lo detestaba!
— ¡Quítate de encima, Cullen! —le gruñí, con la mandíbula tensa.
El soltó una risita sardónica, pero no se movió ni un milímetro.
— ¿Por qué? ¿Acaso te molesta que este tan cerca de ti? —preguntó, acercándose un poco más. —Sí —confesé, ceñuda —porque siento que ya no podre aguantar las ganas de vomitar al estar tan cerca de ti, así que ¡Quítate!
Me removí entre sus brazos pero era más fuerte de lo que había imaginado y no logre separarme de él; sino al contrario, terminamos en una extraña posición contra la pared oeste de la mansión Cullen y más cerca el uno del otro.
— ¿Sabes que pienso, Swan? Pienso que te molesta que este cerca de ti porque tu sientes algo por mí —dijo, seguro de sus palabras. — ¡Estas bromeando! —Contesté, estallando en carcajadas —Yo no siento nada hacia ti que no sea asco y desprecio. — ¿Por qué no confiesas todo de una vez, Swan? Nos harías las cosas mas fáciles a los dos —mientras hablaba se iba acercando más y más a mí, hasta llegar al punto de que sus labios estaban a milímetros de distancia de los míos. —Yo… yo no tengo nada que confesar, Cullen —contesté, en un débil susurro. —No te creo —dijo antes de estampar sus labios contra los míos.
Por dentro me moría por probar esos labios y encontrarles sabor, recorrer con mi lengua el interior de su boca, estampar mi cuerpo con el suyo, acariciar sus cabellos cobrizos, sentir sus manos sobre mi… le di acceso completo a mi boca, acarició con la punta de su lengua la comisura de mis labios y después me besó como si me necesitase. Yo inconscientemente le respondí el beso, amoldando mi cuerpo al suyo y disfrutando del momento.
"¡Pero que demonios te pasa, Isabella!" me regañe a mi misma "¡Es Edward Cullen, tu Némesis, tu dolor en el trasero! ¡Apártate de él ahora mismo antes de que crea realmente sus palabras!"
Mi voz razonable habló, y muy a pesar supe que tenía razón. Tenia que apartarme antes de que Edward creyera que podría tenerme a su merced, si íbamos a estar juntos en esto tendría que dejarle mis puntos claros.
Me revolví en su agarre pero mal interpreto mis fallidos intentos de alejarlo de mí y en su lugar me apretujo más entre sus brazos; ¡Quitarse esa sanguijuela de encima no seria fácil! Así que convertí una de mis manos en puños y le golpee en la mandíbula. Se separó de mí inmediatamente mientras acariciaba lentamente la parte afectada.
— ¿Qué mierda te pasa? —grito, viéndome a los ojos con furia. — ¡Te dije que te alejaras! ¿Crees que puedes besarme cuando quieras? Yo no soy como el tipo de niñitas que acostumbras, Cullen. Si vamos a hacer esto tendrás que respetarme —grité, para después limpiar mi boca con la manga de mi sudadera. — ¡Pero bien que me respondiste! —Contestó, la rabia por haber herido su ego de macho resplandecía en su mirada. —Estaba con la guardia baja, podría esperar todo de ti menos eso. — ¡Eres una malagradecida! ¿Sabes cuantas chicas desearían por besar estos labios? Tú tienes la oportunidad ¡Y me golpeas! —gritó, molesto. —Yo no quiero besar a un chico como tu. Eres un engreído, prepotente, estúpido, altanero, fastidioso… —Y tú eres una grosera, egoísta e interesada. — ¿Interesada? ¡Como te atreves! —grité, ofendida. —Tu maldito interés es lo que te trajo aquí —contestó, cruzándose de brazos —sino quisieras ganar ese estúpido concurso no estarías aquí.
Lo observe con odio pero sabia que tenia razón ¡Mi maldito interés me había llevado hasta ahí!
— ¿Sabes que? ¡Tienes razón! —Contesté, tomando mis cosas para salir de ahí. — ¿A dónde vas? —preguntó, confundido. —Iré a ver a otra persona, menos odiosa y prepotente —le grité en la cara —quédate con tu estúpido baile y demás, yo buscaré mi pareja por otro lado. —Swan, tú y yo sabemos que no encontraras a nadie en este pueblucho —contestó, sardónico.
Me siguió hasta la puerta de su casa, ¡Yo estaba que echaba humo! Sabía que él tenía razón y era precisamente eso lo que me hacia sentir tan furiosa conmigo misma.
— ¡No me importa si tengo que ir hasta el fin del mundo para conseguir otra pareja de baile! —Grité antes de salir de su casa —Swan, no seas estúpida y vuelve acá —gritó.
Lo escuché atravesar la gravilla del camino de la entrada pero le ignoré. Llegué a la manilla de mi auto pero en eso sentí como me tomaba del brazo y me aprisionaba entre su pecho y la carrocería de mi coche.
— ¡Déjame en paz! —grité, con lagrimas en los ojos. Siempre que me enojaba las lágrimas hacían acto de presencia, era un hábito humillante y que no había logrado controlar todavía. —Vamos, Bella ¿Vas a dejar de lado tu sueño de ganar ese concurso por un simple beso? —Cullen… por favor… —supliqué. —Me mantendré alejado, lo prometo… solo, no seas estúpida —me interrumpió. —Si haremos esto será únicamente como un trabajo. Nada pasara, Cullen ¿Entendido? No soy tu juguete ni nada parecido. —Esta bien, Swan —contestó, alejándose de mi y dedicándome una sonrisa de lado — ¿Te parece si vamos a ensayar un poco? —agregó, ofreciéndome su mano.
Suspire. Estar con Edward Cullen no seria nada fácil. Y mucho menos si acababa de descubrir que era un excelente besador y que tenía unas ganas incontrolables de lanzarme contra él y aprisionarlo en un abrazo mortal.
|