Al día siguiente, me despierto, me dirijo al baño y como todos los días al mirarme al espejo me encuentro con los ojos hinchados y colorados por haber llorado tanto la noche anterior. Cuando me fijo la hora me doy cuenta de que me he quedado dormida y se me ha hecho súper tarde, sin más, me lavo la cara, me maquillo para ocultar las evidencias de mi llanto, me hago una coleta alta, me pongo el uniforme y bajo.
En la cocina están mis padres, Charlie y René tomando el desayuno, pero muy callados, algo que me extraña mucho ya que son muy alegres y todas las mañanas cuando me los encuentro están riendo y hablando de diferentes cosas, pero esta vez es diferente, el ambiente sigue tenso al igual que la tarde anterior cuando llegue.
No quiero tocar el tema asique solo los saludo y me dirijo a la salida, pero me veo interrumpida por mi madre que me pregunta si no voy a desayunar a lo que le respondo que se me hace tarde y que ya comería algo en la cafetería, lo que es mentira porque realmente no tengo hambre. Tome un taxi y llegue al colegio.
Este, estaba casi desierto lo que me confirma que vengo demasiado tarde. Me dispongo a correr y atravieso el estacionamiento, la cafetería y los pasillos trotando. Cuando llego al salón de Biología estoy muy agitada y algo mareada, inmediatamente entiendo el porqué del mareo, ayer solo desayune una barra de cereal con jugo y no comí nada mas en todo el día y hoy no he probado bocado, pero lo ignoro y, luego haber escuchado las advertencias del profesor de que la próxima vez no me dejara entrar me dirijo a mi asiento.
Uso toda mi fuerza de voluntad para no mirar hacia donde él se encuentra, pero como siempre, fallo. Cuando lo veo, me vuelvo a quedar por unos segundos sin aire, había estado por 5 meses de novia con él, mas el mes que llevamos separados y aun no me acostumbro a su belleza, ese cabello cobrizo despeinado, esos labios tan apetecibles, esos ojos verdes esmeraldas, simplemente es el humano más hermoso que he conocido pero también el que más daño me ha hecho.
Cuando me volteo me encuentro con sus ojos mirándome llenos de preocupación, solo fue un segundo porque inmediatamente miro en otra dirección, ya que no consigo mirarlo sin que se me forme un nudo en la garganta.
-señorita Swan ¿se encuentra bien? Esta muy pálida- pregunta el profesor.
-sí, no se preocupe- respondo débilmente.
La clase comienza y yo me siento cada vez peor, siento unas ganas horribles de vomitar, pero sé que solo es la sensación ya que no tengo nada en el estomago, me duele la cabeza y sigo algo mareada.
El profesor llama de uno en uno a los alumnos para entregar los trabajos de la clase pasada y yo no sé si podre levantarme, me tiembla todo el cuerpo. Nadie lo ha notado porque mi lugar es al final de la clase en el último rincón y me siento sola porque esta clase no la comparto con mis amigas y la persona con la que compartía asiento ahora está sentado con la zorra del colegio, es decir, su novia.
-Isabella Swan- escucho a lo lejos.
Pero cuando estoy de pie, todo se vuelve negro y lo último que escucho fue mi nombre en un grito proveniente de los labios de la persona que más amo pero también que más odio.
Cuando despierto y abro los ojos la luz de la sala me enceguece asique rápidamente los cierro y los voy abriendo nuevamente despacio.
Al darme cuenta de donde me encuentro me asusto y comienzo a gritar, por el hecho de que le tengo terror a los hospitales, rápidamente entra una enfermera y me explica que estoy en enfermería del colegio, que me he desmayado en clase y comienza a hacerme una serie de preguntas para saber qué es lo que me ha pasado.
-el profesor me dijo que tienes permiso de retirarte, ¿necesitas que llamemos a tus padres?-
-no, no gracias yo llamo un taxi y me voy no se preocupe- digo mientras me pongo de pie.
-bueno, cuídate y por favor tienes que alimentarte ¿ok?-
-ok, gracias-
Llamo al taxi y cuando me dirijo al estacionamiento para esperarlo ahí, me toman del brazo y vuelvo a sentir esa corriente eléctrica en todo el cuerpo que hace un mes no sentía, por lo que sin mirar reconocí de quien se trataba.
-suéltame- digo con la voz lo más firme que puedo porque ahí está de nuevo ese nudo en la garganta que me hace dificultosa la respiración.
-solo quiero saber que te paso, que te pasa, no soporto verte así- murmura esa voz aterciopelada que tanto amo.
-¿quieres saber qué me pasa?, ¿no soportas verme así?, no me hagas reír Edward, a ti no te interesa nada de lo que a mí me pasa, nunca te importo, nunca te importe yo, asique suéltame por favor- a esta altura ya estoy haciendo un esfuerzo sobre humano para retener las lagrimas, desde ese día que paso todo no había mostrado interés en acercarse a mi ¿y hoy lo hacía?
-no es así y lo sabes, tú me imp…-
-¿yo lo sé?- le corto, me doy vuelta para poder mirarlo a los ojos, y encontrarme con una mirada cargada de sufrimiento- yo no sé nada, yo pensé que sabia quien eras tú, pero me he dado cuenta que estuve de novia por 5 meses con un total desconocido-
-¿no recuerdas lo que te repetí hasta el cansancio la última semana que estuvimos juntos?-
-¿Por qué habría de hacerlo? Todo fue una mentira- me suelto de su agarre para irme- espero que te hayas divertido mucho conmigo Cullen- le digo dándole la espalda mientras traicioneras lagrimas comienzan a caer por mis mejillas.
-me debes odiar, losé y te entiendo- dice mientras vuelve a agarrarme del brazo con suavidad y me acorrala contra la puerta- como también se que no puedo hacer nada para demostrarte que estas equivocada, pero créeme cuando te digo que estoy preocupado por ti-
- no te creo nada- digo mirando el piso, porque aunque el ya se ha dado cuenta de que estoy llorando, por lo orgullosa que soy no dejaría que me vea así- y en todo caso no tienes por qué estarlo, tu solo tienes que preocuparte por tu novia y cuidarla, no vaya a ser que se quiebre una uña, y a mi dejarme en paz, no tienes porque fingir, ya nada te ata a mí y no voy a volver a creer en lo que digas nunca más, porque no voy a dejar que vuelvas a burlarte de mí, ahora por favor suéltame- digo ya la última palabra con dificultad por los sollozos que se escapan de mis labios.
-Bells, por favor mírame- dice tomándome del mentón para que lo haga.
La forma de llamarme me parte en dos, así es como me llamaba cuando yo estaba enojada con él y él trataba de conciliar las cosas.
-no - respondo separándome y soltándome de su agarre con brusquedad- déjame en paz- finalmente no puedo evitar mirarlo y cuando lo hago me doy cuenta de que el también llora, pero no puedo ceder ante eso, no después de lo que me hizo.
No soporto estar tan cerca de él asique sin más, me echo a correr hacia el estacionamiento mientras cientos de lágrimas bañan mis mejillas, rogando que el taxi ya estuviese esperándome.
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