Bella Pov:
Ahí me encontraba yo, en mi vieja camioneta Chevy a 100 Km/h y sin un rumbo fijo. No tenía idea de adonde me dirigía, lo único que sabía en ese momento era que llevaba alrededor de unas 6 horas manejando y tal vez dirán que eso es incoherente e insensato, pero en ese momento lo que quería era olvidar el pasado y ahogar mis penas con el licor más fuerte si era posible. Al cabo de 5 minutos decidí buscar un lugar para descansar y tomar algo, para luego seguir manejando y alejarme de todo. Mi vida no había sido fácil, pero había aprendido a seguir adelante, pero en ese momento, en la tristeza en la que estaba sumergida, y el dolor profundo que sentía, no podía hacerlo, ya no tenía nada que perder, nada por lo que debía luchar. Como si fuera un milagro, al enfocar mi vista en los edificios que pude divisar a través del parabrisas, un bar a menos de 10 metros de donde me encontraba. Aparqué mi coche y me encaminé hacia la puerta. Al entrar pude ver la barra, la cual se encontraba sola y me senté ahí, al hacerlo le pedí un whiskey en las rocas al bartender. Mientras me lo tomaba comencé a recordar a mi padre, él había sido mi apoyo durante muchos años, ya que Renee, mi madre, nos abandonó cuando yo tenía apenas 4 años, más nunca la volví a ver, sólo supe que se volvió casar con un tal Phill, un jugador de béisbol de ligas menores. Cada vez que recordaba a mi padre, recordaba su trágica e inevitable muerte. Su muerte cambió mi vida completamente, si antes me sentía sola entonces ya no sé qué es este dolor tan profundo que siento. La muerte de mi padre causó muchos problemas al reemplazar su puesto de trabajo, yo debía tomar su lugar, pero como no dejó un testimonio, su casi hermano y amigo de infancia, Billy Black tomó su lugar y lo primero que hizo fue...
*Flashback*
-Bien- comenzó a decir Billy en la sala de reuniones frente a todo el personal de la organización. -Como ya todos saben mi querido y muy respetado amigo de infancia Charlie Swan ha muerto en una misión para guardar nuestro secreto. Ahora yo me veo en la obligación de tomar su lugar, pero ya que estoy un poco incapacitado para el puesto de Mayor, voy a nombrar a mi hijo Jacob Black como Mayor.- no daba crédito a lo que escuchaba, estaba en shock. -¡¿Qué!?- Dije en tono de voz alto y molesto. -¡¿Cómo Jacob va a manejar la organización si ni siquiera tiene experiencia para ser un agente de menor rango?!. Él no puede ser el Mayor.- dije de forma recriminativa hacia Jake, pero era la verdad, él no tenía la capacidad para manejar la organización secreta de mi padre. -Entonces ¿quién sugiere usted que deba manejar la organización Srta. Swan?- dijo con un poco de burla en su voz. -Ehh..- no me había detenido a pensar en ello, la única persona que tenía la experiencia suficiente, y que además sabía cómo manejar esta organización era... -Yo.- dije finalmente. -Discúlpeme Srta. Swan pero con todo respeto considero que mi hijo tiene la capacidad necesaria para manejar esta organización, aunque va a necesitar apoyo moral, y para eso está usted aquí, su misión ahora será enseñarle a Jacob todo lo que debe saber sobre el manejo de esta organización.- si las miradas tuvieran el poder de matar, ya hubiese estado acompañando a mi padre en su tumba, Billy me miraba con un odio indescriptible. -Así que si no tiene más nada que agregar, puede comenzar con su misión, Jacob está esperándola en su oficina. En ese momento odié que mi padre hubiese muerto sin dejar un testimonio, yo debía continuar con la organización que él dejo, esa debió ser mi responsabilidad.
*Fin del Flashback*
Ya había tomado casi 4 whiskeys y 2 tequilas, mientras pensaba en cómo se había vuelto mi vida desde la muerte de mi padre. Cuando iba a pedir un Martini Francés escuché a unos sujetos hablando a mis espaldas sobre un secuestro, pero como estaba pasada de tragos decidí dejarlo pasar, hasta que... -¡Hey preciosa!- dijo uno de ellos refiriéndose a mi, -¿Qué tal si das una vuelta conmigo?, puedo hacer que olvides todas tus penas bombóm.- dijo acercándose a donde yo me encontraba, alcé la vista inmediatamente. El más próximo, un tipo corpulento, de cabello oscuro y poco más de veinte años, era el que parecía haber hablado. Llevaba una camisa de franela abierta sobre una camiseta sucia, pantalón de mezcilla roto y sandalias. Avanzó medio paso hacia mí. -¡Lárgate gusano!- dije mientras le miraba con odio. Algo vió en mi mirada porque se dió media vuelta y salió del local junto con su acompañante, el cual no llegué a ver por cierto. Cuando mi cuerpo ya no podía resistir más alcohol, decidí irme del bar. Me monté en mi Chevy y pisé a fondo el acelerador, y me dirigía a un motel que había visto hace un par de horas antes de entrar al bar. Estaba a dos cuadras del motel cuando escuché unos fuertes disparos, y sentí un fuerte dolor en mis costillas, en ese momento me dí cuenta de que estaba siendo atacada, pero no pude hacer más que gritar de dolor ya que no estaba en mis cinco sentidos por la cantidad de licor que consumí. Lo último que recuerdo de esa noche es un dolor punzante en mi costado izquierdo y el sonido de la sirena de una patrulla de policía, justo después quedé inconsciente para sumergirme en la más profunda y dolorosa de mis pesadillas.
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