Aburrida.
Si, solo con esa palabra podía describir la reunión en la que estoy. Debería estar acostumbrado, pues cada inicio de semana me encuentro aquí, en la sala de juntas de mi trabajo, pero siempre es lo mismo, vemos las perspectivas de los eventos que cubriremos esta semana, las personas que se entrevistaran, etc. Como dije siempre lo mismo, como si cada semana olvidáramos porque nos pagan.
Estaba haciendo garabatos sin sentido en la hoja que tenia frente a mi sin escuchar realmente, ni siquiera me daba cuenta quien estaba hablando creo que era Irina, no lo se realmente. Pero entonces una voz desconocida me saco de ensimismamiento.
-Señor Vulturi, estos son los horarios de las reuniones con los fotógrafos, uno de ellos esta al teléfono.
Era una voz dulce y armoniosa, enseguida alce la vista para conocer a la dueña de esa hermosa voz y entonces la vi. Era una chica hermosa, su largo cabello castaño caía en cascada a un lado de su hombro por su postura inclinada, su piel era blanca, sus labios rosados y apetecibles te invitaban a tocarlos o algo mas –dirán que soy un pervertido, pero es la verdad, sus labios son… bueno no entenderían hasta que los vieran- alzo la vista y quede prendado de sus ojos, eran de un delicioso color chocolate, tiernos, dulces, como ella misma.
-Bien, bueno chicos, ella es Isabella…
-Bella.- le corrigió.
-Bella Swan, mi nueva asistente, acaba de llegar de…- no termino la frase.
-Phoenix.- le recordó.
-Cierto Phoenix- le sonrío disculpándose por el olvido- sigan con la reunión en lo que atiendo la llamada.- anuncio Aro, mi jefe saliendo se la habitación.
Bella se quedo un momento recogiendo unos papeles, la sala estaba en silencio mirándola, aunque ella no se inmuto de la atención recibida y siguió con su tarea. Al terminar alzo la vista nuevamente hacia todos.
-Es un gusto conocerlos a todos.- aseguro sonriendo amablemente, camino hacia la salida, pero antes de irse juro que me miro y me sonrío solo a mi.
Con ese simple gesto quede aun más embrujado.
-Hey! Cierra la boca, o las moscas la usaran de casa.- murmuro Emmett a mi lado sacándome de mi estado, rápidamente recobre la compostura, lo voltee a ver y me miraba divertido.
-Que?- pregunte.
Pero él solo nego con la cabeza burlándose el muy idiota. Ya no pude decir nada pues el jefe regreso y la aburrida reunión siguió su curso.
…
La reunión había acabado hace un rato y habíamos vuelto a nuestro lugar de trabajo que eran unos pequeños cubículos. El de Emmett estaba frente al mío y como solo lo separaba una baja pared, cuando estábamos frente a la computadora podíamos hablar sin problemas.
-Entonces la chica del jefe te dejo loco eh?- inquirió burlón.
-Cállate Emmett y no lo digas así "la chica del jefe" suena a que tienen algo y no es así, solo es su asistente.
-Muy bien Edward, marcando territorio, nada mas no te vuelvas demasiado posesivo, de acuerdo.- siguió burlándose, le avente una bola de papel que le dio de lleno en la cabeza.- tranquilo, sabes que es broma y pues la chica es linda…- se callo.
En ese momento paso por el pasillo de al lado, estaba distraída leyendo los papeles que traía en las manos, pero así pude visualizar mejor su cuerpo y admirarla sin ningún problema.
-Si, es hermosa.- concedí embobado viendo como se alejaba, esta vez fui yo el que recibió un golpe de papel, voltee a ver feo a Emmett.
-Pero no te hagas tantas ilusiones, cuando salimos de la junta Tyler me contó que era una perra.- contó.
Voltee a verlo sorprendido por el termino que uso y curioso.
-Como dices?- cuestione.
-Si, me dijo que se la encontró en la mañana en la habitación de fotocopias y ella ni siquiera se inmuto de su presencia, ni cuando la saludo, que simplemente se fue y otros opinan que es un poco creída.- explico, yo rodee los ojos. Este tipo de chismes eran frecuentes en la oficina cuando alguien nuevo llegaba.
-Talvez, solo sea tímida y ustedes unos criticones. Además Emmett, deja de meterte en los chismes de oficina, estas igual que todas las secretarias.
-Bueno lo que sea, pero talvez sea una tipa engreída que se crea mejor de todos,- rodeé los ojos nuevamente- el caso es que no te obsesiones- me advirtió, pero ya era un poco tarde, había quedado embelezado con esa chica.
-Lo intentare.- murmure mas para mi que para Emmett.
No me gustaba meterme en los chismorreos, pero teniendo un amigo como Emmett siempre terminaba involucrado. Aun ensimismado me puse a trabajar en el articulo que tenia que entregar para la próxima publicación. Tengo una pequeña columna como critico de cine y entretenimiento, asisto a muchas premieres y doy mi crítica sobre las películas, amo el cine, el teatro y la música, también en variadas ocasiones hago reseñas sobre funciones de teatro y conciertos. Me gustaba mi trabajo, asistía a los mejores eventos y me pagaban por ello.
Mi amigo Emmett era en encargado de deportes, claramente te podías dar cuanta de ello con solo ver su físico, le gustaba ejercitarse y su esfuerzo daba frutos. A veces lo acompañaba a los eventos deportivos también, aunque no era tan fanático como él. Éramos un poco opuestos en es sentido, su hobbie favorito eran los deportes y el mío era la música, toco el piano y la guitarra acústica, cuando tengo tiempo, que últimamente no ha sido mucho.
Cuando termine mi articulo me dispuse a irme, me despedí de Emmett, quien aun no acababa. Camine al ascensor y pase por el escritorio de Tanya la recepcionista, hice todo lo posible para no hacer contacto visual con ella y pasar rápidamente ese lugar.
-Adiós Edward.- se despidió sin que funcionara mi plan, ahora tendría que ser educado y responderle.
-Nos vemos mañana Tanya.
-Otra vez vas directo a casa?- inquirió, yo solo asentí- sabes que cuando tu quieras podemos salir, no es así?
Como si no lo supiera, esta chica era insistente, ya le había aclarado, de manera muy cortes y en repetidas ocasiones que no saldría con ella, pero ella seguía sugiriéndolo y lanzándose descaradamente.
-Creo que te he dado mi respuesta en otras ocasiones y esta no ha cambiado, pero si llego a cambiar de opinión serás la primera en saberlo.- dije caminando hacia el elevador que acababa de abrirse, me despedí con la mano y me apresure antes de que pudiera decir algo, me puse los audífonos con la música alta.
Tanya no me caía mal y de hecho era una chica linda, pero no era mi tipo, tenía una fijación por las chicas morenas y desde hoy por una en especial. Como si la hubiera invocado la chica apareció frente a mi justamente cuando la puerta se estaba cerrando, rápidamente apreté el botón que anulaba la acción, Bella entro y me sonrío.
-Gracias.- dijo, pero yo solo leí sus labios pues la música de mi iPod estaba muy alta.
-Por nada.- masculle.
Éramos solo ella y yo en el reducido espacio del elevador, tuve ganas de hablarle, pero me entro el miedo de que Emmett tuviera razón y fuera una creída y me rechazara. Prefería quedarme con la idea de mi Bella linda y amigable, así que decidí permanecer en silencio escuchando la música de The Beatles para tranquilizar las ganas de empezar una conversación. De pronto lo que no me espere sucedió, su voz resonó por encima de la música pero no alcance a escucharla bien, voltee a verla y ella me miraba sonriendo.
-Disculpa?- pregunte retirando uno de los audífonos.
-Me encantan los Beatles.- dijo, me quede viéndola atontado por el hecho de que me estaba hablando. Ella señalo mis oídos como reiterando lo que dijo.- tienes bien gusto musical.
-Te gustan los Beatles?- pregunte como si fuera un retrasado mental que no entendiera lo que acababa de decir, por dios porque tenia que ponerme en ridículo con ella.
-Si, ya sabes. "She says she loves you, and you know that can't be bad. Yes, she loves you, and you know you should be glad." Me encantan. - repitio.
Y en el momento en que empezó a tararear la canción quede aun más atontado que antes, ella me sonrío y yo, idiota, no dije nada.
-Adiós.- dijo antes de salir por la puerta, ni siquiera me había dado cuenta que habíamos llegado a la planta baja.
Me quede plantado en el suelo, la puerta volvió a cerrarse y se suponía que yo tenia que haber bajado aquí.
-Rayos.- masculle mientras apretaba el botón de la planta baja.
Bella me había hablado, había dicho que tenía buen gusto musical, teníamos algo en común, no era una engreída como había dicho Emmett, era agradable. Por dios! Era ella y yo como el idiota que soy había arruinado todo.
-Mierda!- dije cuando me di cuanta de mi error.
POV Bella.
Hoy entraba a mi nuevo trabajo, como asistente del jefe de un periódico local. Era un buen trabajo, en Phoenix había sido asistente antes y me había desarrollado muy bien en ese puesto.
Hace dos semanas que me había mudado a Seattle, porque? No hay una razón en especial, simplemente quería cambiar de aires, desde que tengo memoria he vivido en Phoenix, ya es hora de salir del nido de mamá y mas cuando se acaba de casar de nuevo y vivo en la misma casa que dos recién casados insaciables. Quiero mucho a mamá pero no fue agradable quedar traumada por descubrirla casi teniendo sexo en la cocina, por dios ahí comemos!
Bueno en fin, había decidido independizarme y mudarme. Estaba ansiosa por mi primer día de trabajo, cuando llegue al lugar me recibió la recepcionista.
-Hola, eres Bella verdad. La nueva asistente del jefe?- inquirió.
-Si, mucho gusto, parece que nos veremos mucho por aquí.
-Si, yo soy Tanya. Espero sea de tu agrado trabajar aquí.- era una chica agradable.
-Gracias, voy a pasar. Nos vemos luego.- le dije despidiéndome con la mano, la chica me sonrío y se despidió.
En cuando entre a la gran oficina llena de cubículos, la gente que ya había llegado a trabajar se me quedo viendo con curiosidad "si, soy la nueva atracción, mírenme". Cuando era adolescente odiaba ser el centro de atención, pero acepte que era algo con lo que en algunas ocaciones tendria que lidiar, como ahora y me hice inmune a sentirme avergonzada o abochornada. Cuando llegue a la oficina de mi nuevo jefe toque la puerta y una voz dentro me aviso que podía pasar. El señor Aro Vulturi era un tipo agradable, conocía a Phil (el nuevo marido de mamá) y debo decir que gracias a él conseguí trabajo tan rápido, pero bueno con algo tenia que recompensarme después de semejante escena, me estremecí ante el recuerdo. Mi jefe me dio las indicaciones de lo que realizaría hoy, no era nada complicado solo, planear reuniones, archivar documentos, hacer algunas llamadas, para que poco a poco me fuera habituando al ritmo de trabajo, había dicho él.
Mi escritorio estaba afuera de la oficina del Sr. Vulturi, podía divisar a la mayoría de la gente que trabajaba aquí, me acomode en mi asiento y empecé a ver como funcionaba todo, me coloque los audífonos de mi iPod, siempre me concentraba mejor con buena música. Tuve que ir a sacar unas copias, recordé cual era la habitación asignada para eso y me dirigí para haya, ajena a la gente que me rodeaba. Como ya sabía usar la maquina fotocopiadora no tarde mucho, alguien entro a la habitación, pero no preste mucha atención y salí de ahí tarareando la canción que en ese momento sonaba en mi reproductor.
Había algún tipo de reunión semanal, el jefe me dijo que no tenia que asistir hoy, pero que fuera si recibía la llamada de unos fotógrafos y así fue, llamaron y tuve que ir a la sala de juntas, cuando entre de nuevo todos se me quedaron viendo, hice mi trabajo avisando al jefe lo que me había pedido. Él me presento con todos, y salio de la sala de juntas, recogí unos papeles que necesitaba y les dije a todos que era un gusto conocerlos, recorrí la sala con la mirada y todos me sonreían. Menos un chico de cabello cobrizo que me miraba fijamente como si lo estuviera hipnotizando, me pareció una escena graciosa, cuando iba a salir de la habitación voltee a verlo nuevamente, él aun me veía con esos impresionantes ojos verdes aunque una pequeña y linda sonrisa se dibujaba en su rostro, le devolví el gesto antes de salir.
El resto de la tarde paso tranquila, varios compañeros vinieron a presentarse, todos eran muy agradables y amables, aunque había uno que otros chicos demasiado amables.
Al final de la jordana, recogí mis cosas y fui rumbo al elevador, me despedí de Tanya aunque la note un poco molesta por algo, tenia el ceño fruncido y el tono de su voz era de enfado. El ascensor estaba a punto de cerrarse, pero de repente se volvió a abrir, dejando a la vista al chico de cabello cobrizo de la sala de juntas.
-Gracias.- le dije cuando entre.
-Por nada.- mascullo.
Éramos los únicos en el elevador, ninguno de los dos dijo nada, hasta que reconocí la melodía que provenía de los audífonos del chico a mi lado, eran los Beatles, me incline hacia el para asegurarme que estaba en lo correcto. Este silencio se sentía un poco incomodo, así que decidí romper el hielo.
-Me encantan los Beatles.- asegure volteando a verlo y sonriéndole, él volteo también aunque por su rostro supuse que no me había escuchado.
-Disculpa?- inquirió.
-Me encantan los Beatles.-repetí. Señale sus oídos para que entendiera mi punto de donde había sacado el intento de conversación- tienes buen gusto musical.- agregue.
-Te gustan los Beatles?- pregunto y empecé a dudar seriamente de su integridad mental.
-Si, ya sabes ""She says she loves you, And you know that can't be bad. Yes, she loves you, And you know you should be glad."Me encantan.- asegure después de tararear "She loves you" sonriéndole.
Él simplemente se me quedo viendo con la boca abierta, de nuevo ahí estaba la expresión de la sala de juntas, tuve que contener una risa cuando vi que la puerta del ascensor se abría.
-Adiós.- dije saliendo y moviendo la mano despidiéndome.
Una vez que estuve fuera del edificio comencé a reírme. El tipo era gracioso y mas gracioso era la "conversación" que habíamos tenido, el tema de la música hubiera sido un gran tema de conversación, pero bueno me causo gracia lo que acababa de suceder.
Por una extraña razón tenia ganas de volver a hablar con él, aunque nuevamente sea yo la que hable solamente.
Bueno aquí el segundo capitulo, que les ha parecido la historia con estos primeros capítulos que he subido no se olviden de sus comentarios y votitos que serán bien recibidos.
Nos leemos pronto, saludos
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