Como Una Noche Sin Luna

Autor: cmilss
Género: General
Fecha Creación: 30/09/2010
Fecha Actualización: 10/11/2010
Finalizado: SI
Votos: 11
Comentarios: 18
Visitas: 42065
Capítulos: 25

Fanfic Terminado

Versión de Edward de Luna Nueva. 

 

 

Prefacio. 

 

Esa es mi decisión, no hay mas que decir, solo queda esperar al sol.

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Capítulo 2: Herida

Oí la voz de mi padre.

 

-Emmett, Rose, llevaos de aquí a Jasper.

 Emmett  asintió.

-Vamos, Jasper.

Jasper siguió resistiéndose pero al mirar mis ojos, se detuvo, Rosalie agarró a Jasper y junto con Emmett lo sacaron por la puerta.

 -Lo siento tanto, Bella -Se disculpó Esme con expresión avergonzada y triste antes de seguir a los demás hasta el patio.

-Deja que me acerque, Edward -Murmuró Carlisle.

 

Pasó otro segundo antes de que comprendiera que lo que acababa de suceder asentí y cambie mi postura. Era sin duda lo más horrible que jamás me hubiera imaginado, mi hermano, mi familia queriendo dañar lo más preciado de mi vida.

Carlisle se arrodilló a junto a mi y se inclinó para examinar el brazo. Su  rostro

Aún estaba en shock.

-Toma, Carlisle -Dijo Alice mientras le tendía una toalla.

-Hay demasiados cristales dentro de la herida.

Se alzó y desgarró una tira larga y estrecha de tela del mantel.

La enrolló en el brazo por encima del codo para hacer un torniquete.

-Bella -Le dijo Carlisle - ¿quieres que te lleve al hospital o te curo aquí mismo?

-Aquí, por favor -Susurró valiente.

-Te traeré el maletín -Dijo Alice.-

-Vamos a llevarla a la mesa de la cocina -Me sugirió Carlisle.

La levante; Carlisle mantuvo firme la presión sobre su brazo y le preguntó:

-¿Cómo te encuentras, Bella?

-Estoy bien -Afirmó.

Alice ya estaba allí. Con el maletín negro de Carlisle

La acomodé en una silla. Carlisle acercó otra y se puso a trabajar sin hacer pausa alguna. Permanecí de pie a su lado, todavía alerta, aunque continuaba sin respirar, estaba ardiendo de desesperación no quería que el monstruo dentro de mi saliera.

-Sal, Edward -Me dijo.

-Puedo soportarlo -Insistí, rígido aún.

-No tienes por qué comportarte como un héroe. Carlisle puede curarme sin tu

ayuda. Sal a tomar un poco el aire.

-Me quedaré -Fue lo único que podía decir, era mi responsabilidad.

-¿Por qué eres tan masoquista? -Señaló.

-Edward, quizás deberías ir en busca de Jasper antes de que la cosa vaya a más. Estoy seguro de que se sentirá fatal y dudo que esté dispuesto a escuchar a ningún otro que no seas tú en estos momentos.

-Sí. Ve a buscar a Jasper.- musito Bella.

-De ese modo, harías algo útil- Me dijo Alice.

Tenían razón  asentí y salí por la puerta trasera de la cocina, cuando los divise a la distancia  se encontraban los cuatro, Emmett tratando de razonar con Jasper a quien Esme le abrazaba cariñosamente y  Rosalie con los brazos cruzados me miro cuando me miró- Te lo dije- Pensó.

Jasper me miró arrepentido, estaba terriblemente avergonzado, se deslizó de los brazos de mi madre y camino hacia mí.

- Edward -Comenzó.

- Dejadnos solos - Dije.

 

 Emmett asintió abrazo a las dos y se alejaron.  

 

- Perdóname Edward, yo no pensé, mis instintos se apoderaron de mí. Yo… lo siento muchísimo.

Era verdad, no se que expresión tendría mi cara, pero se aceleró aún más.

- Sabes bien que también estimó a Bella, nunca me hubiera perdonado si yo le hubiera echo daño, se cuanto la amas, jamás te hubiera podido mirar a la cara otra vez y te hubiera rogado que me desmembraras.

- Y Alice - Repuse.

Se quedo sin palabras, me miró atormentado, yo intentaba calmarme.

- Sabes Jazz, esto me sirvió para darme cuenta de que nunca podré ser feliz, Rose tiene razón, este amor solo va a separar a la familia.

- Me iré yo.   

- No. Ya se lo que tengo que hacer. – Si ya lo sabía ¿Pero sería capaz?

- Edward, tu te mereces ser feliz, y tu felicidad es Bella.

- Crees que no lo se.- Pero ya no tengo otra opción, además la estoy exponiendo su vida con el solo echo de estar cerca de mí, ella si tiene ser feliz, y yo… jamás podría darle lo que realmente merece.  

- Hermano.- Puso su mano en mi hombro- Lo siento tanto, te juró que haré lo que tu me pidas.

- Por ahora, deja de ser infeliz.-Jasper asintió aún con vergüenza en su rostro

- Llevaré a Bella a su casa.

- Lo siento - Pensó otra vez.

- Lo se Jazz, lo se- Le dije mientras volvía a la casa. Alice ya venía  hacia nosotros, me miro y pensó -Debí haberlo previsto, lo siento tanto. Me abrazo tiernamente- Tengo que irme, Jazz te necesita más - le susurré. Me miro otra vez y luego corrió a los brazos de Jasper.    

 

Me dirigí a la casa caminando lento de volver a casa, tenia que respirar un par de veces y controlar mi expresión, como me había atrevido imaginar que podía ser feliz junto ella, todo esto no era mas que un gran error de mi parte, no me podía permitir hacerle mas daño, estaba disgustado conmigo mismo por haberme permitido soñar con tener alegría en mi existencia al tenerla a ella a mi lado.     

 

Cuando llegue el olor a su sangre había disminuido notablemente. Mi padre decía

- Supongo que ahora debo llevarte a casa.

- Yo lo haré. -Dije mientras me acercaba.

- Carlisle me puede llevar -Contestó.   

- Estoy bien -Dije.- En cualquier caso, debes cambiarte de ropa si no quieres que a Charlie le dé un ataque al ver te con esas pintas. Le diré a Alice que te preste algo. Salí de la cocina Alice me esperaba afuera con una  blusa de Eme en sus manos

- Edward, no por favor, no lo hagas.- dijo mientras

- No he decidido nada aún, lo discutiremos luego, entremos.

Alice se llevo a Bella a cambiarse. Esme que había terminado de recoger los destrozos, dejo eso y se dirigió a mí y dijo casi llorando:

- Hijo mío -Y me envolvió entre sus brazos.

- Tranquila mamá. Debo llevar a Bella a casa.

- Tenemos que discutir esto hijo-Dijo Carlisle.

- Lo se. Cuando regrese.  

    

Bella bajo las escaleras sin dejar de mirarme, sus ojos estaban confusos.

 

-¡No te dejes olvidados los regalos! -Le dijo Alice mientras se acercaba a mi. Ya me darás las gracias luego, cuando los abras.

 

Buenas Noches dijeron mis padres tranquilamente pero sabía que ambos estaban preocupados por lo que iba a pasar. Me adelante para abrirle la puerta,  me desgarró cada quejido que salio de su boca mientras se subía y acomodaba dentro del coche.

 

-Di algo -Suplicó.

-¿Qué quieres que diga? -Respondí indiferente. Tenia que empezar a alejarme.

-Dime que me perdonas.

Me estremecí.-¿Perdonarte? ¿Por qué?

- Nada de esto hubiera ocurrido si hubiera tenido más cuidado.

- Bella, te has cortado con un papel. No es como para merecer la pena de muerte.

- Sigue siendo culpa mía.

-¿Culpa tuya? ¿Qué hubiera sido lo peor que te hubiera podido pasar de haberte cortado en la casa de Mike Newton, con tus amigas humanas, Ángela y

Jessica? Si hubieras tropezado y te hubieras caído sobre una pila de platos de cristal sin que nadie te hubiera empujado, ¿qué es lo peor que te hubiera podido pasar?

¿Manchar de sangre los asientos del coche mientras te llevaban a urgencias? Mike

Newton te hubiera tomado la mano mientras te cosían sin tener que combatir contra el ansia de matarte todo el tiempo que hubieras permanecido allí. No intentes culparte por nada de esto, Bella. Sólo conseguirás que todavía me sienta más disgustado.

 

-¿Cómo es que ha entrado Mike Newton en esta conversación? -Preguntó.

-Mike Newton ha aparecido en esta conversación porque, maldita sea, él te hubiera convenido mucho más que yo -Era verdad, si esa era.

-Preferiría morir antes que terminar con Mike Newton.  Preferiría morir antes que estar con otro que no fueras tú.- Aseguró.

 

No, no me digas eso mi amor, tienes que ser feliz, tu si eres fuerte, mucho mas que yo. 

-No te pongas melodramática, por favor.

-Vale; entonces, no seas ridículo.

No contesté. Mire a través de la carretera y llegamos a su casa rápidamente

-¿Te quedarás esta noche?

-Debería irme a casa- Eso es lo mejor que debería Hacer de una vez hablar con mi familia.

- Sólo por mi cumpleaños.

- No puedes tener las dos cosas, o quieres que la gente ignore tu cumpleaños o no lo quieres. Una cosa u otra.- Le recordé

-De acuerdo. Acabo de decidir que no quiero que ignores mi cumpleaños. Te veré arriba.

-No estás obligada a llevártelos.- Le dije mientras intentaba tomar los regalos con su mano buena

Quiero hacerlo -Me respondió  

-No, no estás obligada. Carlisle y Esme sólo han gastado dinero.

-Los acepto - y cerró la puerta de un portazo al salir. Me baje y la alcance.

-En tal caso, déjame que te los lleve -Dije mientras se los quitaba - Estaré en tu habitación- Era lo menos que podía darle, después de todo seguía siendo su día.

 Sonrió Feliz.

-Gracias.

-Feliz cumpleaños -Dije y no me resistí  roce sus labios.

 

Se  puso de puntillas para prolongar mi beso, pero me retire antes que me perdiera en su boca, sonreí y subí a su alcoba.

 

La esperé mientras se cambiaba la ropa y se cepillaba los dientes. Sentí unos quejidos mientras hacía eso y supuse que era por rozarse los puntos que le había puesto mi padre.

- Hola- Dije- Me quito los regalos y se sentó en mi regazo.

- Hola -Respondió, se acurrucó contra mi pecho -¿Puedo abrir mis regalos ahora?

- ¿A qué viene tanto entusiasmo repentino?

- Has despertado mi curiosidad.

Tomó en primer lugar el paquete el regalo de Carlisle y Esme.

- Déjame - Le quite de las manos y rompí el papel del regalo y se lo devolví.

- ¿Estás seguro de que podré apañarme para abrir la tapa?¿Vamos a ir a Jacksonville? -Se emocionó en un segundo. Era un vale para billetes de avión, para ambos.

- Esa es la idea.

- No puedo creerlo. ¡Renée se va poner loca de contenta! ¿Seguro que no te

importa? Es un lugar soleado y tendrás que estar dentro todo el día.

- Creo que me las apañaré –Contesté- Te habría obligado a abrirlo delante de Carlisle y Esme de haberme imaginado que corresponderías con tanto entusiasmo a un regalo como éste. Pensé que protestarías.

- Bueno, es cierto que es excesivo. Pero ¡lo aceptaría sólo por llevarte conmigo!

Me reí de su expresión.

- Ahora desearía haberme gastado dinero en tu regalo. No me había dado cuenta de que pudieras ser tan razonable.

 

Tomó mi regalo, ya que mi curiosidad se había reavivado. También se lo quité de las manos, lo abrí y se lo devolví como el primero.

Su regalo era un CD.

-¿Qué es? -Preguntó, interesada.

No dije nada. Tomé  el CD y lo puse en el reproductor que había en la mesita de noche. Pulse play y esperamos en silencio.

Entonces, empezó a sonar su nana.

Le miré sus ojos hermosos y sin poder decir nada. Vi como se le llenaron los ojos de lágrimas.

- ¿Te duele el brazo? -Le pregunté.

- No, no es mi brazo. Es precioso, Edward. No me podías  haber regalado nada

que me gustara más. No puedo creerlo.

- Supuse que no me dejarías traer aquí un piano para interpretarla —Le dije.

- Tienes razón.

- ¿Te duele el brazo?

- Está bastante bien - Mintió

-Te traeré un Tylenol.

-No necesito nada –Dijo valiente,

-Charlie-Susurró.

-No me verá .Prometí mientras desaparecía silenciosamente por la puerta fui muy rápido cojí un vaso le llene de agua y encontré las pastillas en una gaveta de la cocina y volví le dí las pastillas que se tomo sin protestar.

 -Es tarde -Señalé y la acomode en su pequeña cama.

 Me acosté a su lado, pero encima de la ropa de cama y le pasé el brazo por encima.

Apoyo la cabeza en mi hombro y suspiró.

-Gracias otra vez -Susurré.

-No hay de qué.

 

Si era lo mejor que podía hacer, no podía permitir hacerle más mal a ella, aunque como siempre adoraba esta parte del día, cuando la sentía absolutamente mía. No, si querría que  su vida fuera normal, la humana, quizás en unos años ella también arroparía a sus Bebes,  se casaría, sería mamá,  tendría familia grande,  tendría una vida y seria muy feliz. Como debía ser sin que yo interfiriera en ella. Ella me olvidaría, sufriría pero se le pasaría, tendría que hacerlo por su propio bien, mi delito iba a ser romperle el corazón y mi condena amarla con todo mi ser por toda mi existencia y cuando esta terminará y fuera al infierno continuaría adorándola solo a ella por toda la eternidad. Esa era mi decisión, si, esa era.

 

Comenzó la canción de Esme.

 

-¿En qué estás pensando? -Me preguntó.

Ordene mis pensamientos y dije -Estaba pensando en el bien y el mal.- Se estremeció.

-¿Te acuerdas de cuando decidí que no quería que ignoraras mi cumpleaños?

-Sí -Admití.

-Bien, estaba pensando... que ya que todavía es mi cumpleaños, quería que me besaras otra vez.

-Pues sí que estás antojadiza esta noche.

- Pues sí, pero claro, no tienes que hacer nada que no quieras -Se defendió,

 

Reí, siempre eran una sorpresa sus pensamientos

 

-Que el cielo me impida hacer aquello que no quiera-Busque su rostro y le Besé suave, con cuidado, no me pude controlar, mi mano tomo su cabeza, ella tomo la mía, acerque mi cuerpo, el deseo se desato dentro de mi, si tan solo fuera humano, bebí de sus labios su pasión por mi que también ardía en su interior, me hubiese encantado que este beso durará por siempre, pero era mi despedida, sentí que la empezaba a perder, que ya no mas seria mi Bella, podría besarla por siempre nunca me cansaría, de pronto sentía al monstruo que estaba dormido y la aparte rápidamente, sentí ahogado igual que ella comencé a jadear, si tan solo hubiera podido llorar.., nunca hubiese podido parar.

-Lo siento-Dije, sin aliento- Esto es pasarse de la raya.

-A mí no me importa en absoluto- Señaló entre respiraciones cortas.

-Intenta dormir, Bella.

-No, quiero que me beses otra vez.

-Sobrestimas mi autocontrol.

¿Qué te tienta más, mi sangre o mi cuerpo?

-Hay un empate Me reí pero conteste sincero

- Y ahora, ¿por qué no dejas de tentar a la suerte y te duermes?

- Vale - Respondió y no tardo en quedarse dormida.

 

Esta sería la última noche, que la tendría entre mis brazos.

Capítulo 1: Fiesta Inolvidable Capítulo 3: Capacidad

 
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