Ya había pasados meses que fuimos a Forks a poner en su “lugar” a los cullen, ahora todo es normal en el castillo Volturi.
-Alec, los maestros nos llaman- escuche del otro lado de la puerta a Heidi
-enseguida voy- le respondí parándome del sofá que había en mi recamara
Camine a velocidad vampírica hasta la sala de tronos, nos convocó a una junta para ir a observar y ponerle un alto a un grupo de neófitos que están causando caos en Toledo, España; esperaron a que estemos todos reunidos para cerrar la puertas.
-ya que están todos aquí- empezó habla el maestro Aro- trataremos el tema de los neófitos que están causando estragos en España, y decidiremos quienes van a ir- se apodero el silencio un tiempo mientras los maestros analizaban quienes son capaces de ir por lógica sabemos quiénes irán – los afortunados en ir son Demitri, Félix, Jane y…-interrumpieron al maestro, el que lo haya hecho está muerto.
-wow-se escuchó el grito de alguien desde el fondo- este es la sala principal- se asomó una ¿niña? De unos 7 -8 años de edad entre tantos vampiro, todos nos quedamos sorprendidos, no sentimos que entre; quedo enfrente de los tronos de nuestros amos – asombroso todo es de oro puro- dijo viendo los tronos.
- oye niña ¿Cómo entraste?- le pregunto el maestro Aro a la niña educadamente como siempre, la cría camino hacia donde estaba el amo, lo vio a los ojos.
-por la puerta principal que está a unos metros de aquí, señor Aro- le respondió viéndole a los ojos mientras apuntaba la puerta, pero como es posible no la sentimos entrar – sus ojos están oscuros, esta sediento ¿verdad?- le afirmo al maestro nos sorprendimos mucho, esto no es normal no es una niña inmortal ya que se puede escuchar su corazón bombear, pero tampoco es una hibrida ya que su corazón no late tan rápido como el de la hija de Edward, es una humana común y corriente, ¿que espera el maestro para beber su sangre?
-ragazza (niña) ¿nos puedes decir tu nombre?- le cuestiono el amo Aro, que fastidio esto ya se volvió un rodeo, su sangre me quema la garganta y no solo a mí, sino también a todos los presentes.
-si les diré, no me parece que estén en desventaja –dijo con esa sonrisa – mi nombre es Annabelle Françoise le Blanc de la Vallière – expreso como si estuviera orgullosa de ello, solo es una mocosa por que tanto rodeo- pero llámenme Anna-dijo en tono casual con esa sonrisa tonta que ha tenido desde que entro.
-y ¿qué te trae por acá?- pregunto curioso el amo Aro.
-eso no se lo puedo decir, esa parte ustedes lo tienen que descubrir- declaro la rapaza.
-puedo- dijo el maestro Aro posando su mano enfrente de él, la criatura se acercó a él para tenderle su mano, tardo unos minutos para hablar- asombroso-dijo nuestro amo.
-¿que ves hermano?- cuestiono Caius ocultando su interés sobre esa niña.
-absolutamente nada-dijo con esa sonrisa de niño pequeño en un día de navidad abriendo el regalo que tanto quería, ¿esta niña tiene el don que quiere el maestro?
-es un escudo, como el de bella Cullen-dijo Caius como si estuviera afirmando – vamos a comprobarlo- dijo con una sonrisa maléfica.
-Querida jane- le dijo el amo Aro, ella ya sabía que tenía que hacer con esa niña.
-amiga Jane, utiliza todo tu don sin restricción alguna- dijo con esa sonrisa ¿acaso es masoquista?, mi hermana solo asintió ya que a ella le encanta utilizar su poder en otras personas tenía una sonrisa confiada- ya puedes empezar- expreso la pitusa, esa simples palabras le quitaron su sonrisa a mi hermana para pasárselas al maestro Aro cada vez tenía más grande su risita.
-Jane, déjalo querida- le dijo a mi hermana sin quitarle la mirada a la chiquilla.
-Ya me tengo que ir- manifestó – ya es tarde y no quiero ser un estorbo para su reunión – aclaro vaya hasta que se dio cuenta que interrumpió –pero antes ¿señor Aro, puedo vivir con ustedes?- le cuestiono, todos quedamos impactados, incluso hasta los maestros quedaron de esa forma, en verdad esa niña ¿quiere morir? -no tiene que responder ahora, me encontrara aquí cuando tenga la respuesta- le entrego un papelito con algo escrito de seguro es su dirección.
-nena, no será necesario este papelito-le respondió el maestro devolviéndole la hoja que le había dado.
– cierto, lo lamento olvide que son…- vio su reloj antes de terminar su oración- ya me voy, esperare su respuesta- dijo en un tono de seguridad que recibirá tal cosa- ah no se preocupen nadie sabrá lo que son- con esto se retiró de la sala con su sonrisa de superioridad algo que hizo gruñir bajo a mi hermana.
-interesante…-dijo Aro con fascinación, esa niña ¿quiere vivir con vampiros? En verdad es masoquista o está mal de la cabeza.
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