Estaba atardeciendo cuando iba caminando por “Wall street” y noté una presencia.
Cuando recorrí todo mi camino hacia a casa ya era de noche y todas las tiendas y comercios estaban cerrados a causa de la hora y la única luz que había en toda la calle era la de las farolas que me indicaban por donde tenía que andar.
Hacía frío. Corría un aire no demasiado fresco pero se notaba que ya estábamos entrando en diciembre. Me sentia comoda, llevaba un gran abrigo i una gran bufanda en el cuello que me cubria del aire i del frio, todo estaba bien, excepto por esa "presencia"...me sentia muy incomoda... Alguien me seguía y yo no era consciente. Al girarme, no había nadie. Seguro que ese “alguien” se ocultaba entre las sombras para que no pudiera reconocerle, no reconocer su aspecto y confirmar que me estaba siguiendo por alguna razón.
Seguro que no queria que lo reconociese para no llamar a la policia y denunciarlo. Aunque, cogi el movil i marqué el 911 por si acaso hacia falta, saqué el spray de pimienta que me regaló Charlie por mi cumpleaños...porfin ese artilugio tendria un uso!
Apresuré mis andares para llegar cuanto antes a casa, no tenia ganas de meterme en problemas.
En la call no habia gente, i nadie podria verme, ni oirme, el lugar mas seguro era mi casa
Llegué a casa, dejé la mochila en el sofá, colgué la chaqueta y me dirigí hacia mi habitación. Al entrar me sentí mas segura y respiré hondo.
Me apetecía contemplar las estrellas en esa noche iluminada por la luz que desprendían esos preciosos astros. Así que subí a mi habitación y salí a la terraza.
Me asomé al balcón y dirigí mi mirada hacia el cielo.
Era una vista preciosa y me relajaba en ese duro día de instituto que había dejado atrás al llegar a casa. Miré hacia abajo y me encontré otra vez a esa persona, la presencia que noté anteriormente, probablemente se hallaba detrás del gran árbol, robusto y alto, que había al costado del balcón donde me situaba, observándome.
El pulso me subió rapido.
Me empezó a incomodar que ese “alguien” me persiguiera. Me apresuré a entrar a mi habitación y eché el cerrojo del balcón.
Me aseguré de que todo estaba en orden y fui a la puerta principal para poder echar la llave antes de dirigirme a la cama, queria que todo estubiera bien sellado para que nadie pudiera entrar y poder dormir sola.
Queria ir a la cama ya que me esperaba un profundo sueño a causa del cansancio que retenía mi cuerpo. Una vez ya tranquilizada dispuse a dormir al saber que estaba segura, de que esa persona no podría entrar por ningún lado de la casa. Al día siguiente, ahí estaba, otra vez. Un escalofrío me recorrió el cuerpo entero y ya me empezó a asustar. Lo extraño es, que siempre que lo veía aparecer, era al atardecer, nunca me lo encontraba por las mañanas ni venía al instituto, y en ese periodo me seguía.
Al estar en invierno ya era más bien casi de noche, pero todavía había algún rayo de sol que traspasaba las gruesas nubes y daba un toque de color, a veces naranjado o a veces rosado, antes de que abundara la oscuridad de la noche.
¿Quien podria ser?
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