(+18) La Medicina de tu Corazón

Autor: PaoValenthinaL
Género: + 18
Fecha Creación: 28/01/2012
Fecha Actualización: 01/05/2012
Finalizado: NO
Votos: 4
Comentarios: 14
Visitas: 18857
Capítulos: 15

Isabella Swan era una mujer que sentía una gran pasión por su trabajo, ser la Agente 58 fue el sueño de su vida hecho realidad, hasta que por una accidente llega a parar a las puertas de un Hospital local del Edo. Washington en el que trabajaba el mejor médico del país, Edward Cullen.
Bella se verá obligada a tomar una decisión que cambiará su vida, para siempre.

 

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Capítulo 1: Recordando mi Desgracia

Bella Pov:
Aún no recuerdo muy bien como pasó, pero ahí me encontraba yo, manejando en medio de la nada, esperando a que un milagro sucediera, o como bien decía mi jefe, estaba esperando al Mesías...
*Flashback*
-¡¿Qué le he dicho agente 58?!- me gritaba mi jefe como de costumbre, -Deje de perder el tiempo en estupideces como esas y vuelva a trabajar, no le pago para que se quede en los bares hasta tarde bailando con desconocidos.
-Pero Mayor- empece a recriminarle en un tono de voz de suave, -Un bar es el mejor lugar para obtener información, la mayoría de mis misiones han sido un gran éxito gracias a los bares- y a los borrachos depravados que ahí se encuentran, pensé para mí misma.
Siempre había alguien que quería pasarse de listo, y acercarse a mi mesa con segundas intenciones, las cuales yo no estaba dispuesta a responder.
-De todas maneras Agente 58- se excusaba el Mayor para no darme la razón y admitir su error, - La mayor parte del tiempo, se la pasa sentada en esa mesa como si esperara a que ocurra un milagro, deje de esperar al Mesías y vuelva al trabajo, necesitamos información, para eso le pago.
*Fin del Flasback*
Amaba mi trabajo, era mi pasión, era lo que me motivaba a seguir adelante, y además, me ayudaba a alejarme de mis problemas, como por ejemplo, Alice Brandon. Quería a mi amiga como si fuera una hermana para mi, pero su obsesión por las compras me sacaba de mis casillas.
Siempre trataba de evitarlo lo más que podía pero habían ocasiones en que eso no era posible. Aún recuerdo como si fuera ayer el día en que me torturo junto con Rosalie, mi otra amiga de infancia, y me obligaron a aistir a un bar, a una cita a ciegas, la cual les agradecí porque creí haber conocido el amor de mi vida, y ahora me doy cuenta de que me equivoqué.
*Flashback*
-Vamos Bells- insistía mi amiga Alice junto con Rosalie en arreglarme de pies a cabeza para ir a una cita a ciegas que ellas mismas acordaron, es decir, mis propias amigas se atrevieron a arreglar una cita a ciegas para mi, y lo peor era que esa no fue la primera vez que lo hicieron, ya he perdido la cuenta de todas las citas que me han obligado a asistir, y todo con la simple excusa de que...
-Hemos notado que estás muy sola últimamente, y recuerda que la vida es una y sólo se vive una vez.- Dijo una muy cansada y estresada Alice con ganas de embellecerme.
-Eso ya lo sé, pero prefiero estar sola por el momento, ya te lo he dicho. Además no tengo ningún interés en los hombres, apenas tengo 25 años.- Les dije ya muy enojada.
-¡¿No nos digas que eres lesbiana!?- Gritaron amabas al unísono y abriendo los ojos como platos, que hasta creí posible que se le salieran de las órbitas.
-¡Por supuesto que no chicas!- Les dije ante semejante pregunta. -Aveces creo que son unas retrasadas mentales. Son mis mejores amigas, si fuese lesbiana, ténganlo por seguro que hubiesen sido las primeras en enterarse.
-Uff!- contestaron ambas suspirando de tranquilidad.
-Entonces vamos a prepararte para tu cita.- contestó Alice con una felicidad en la cara que hasta miedo me dió. Aveces creo que jugaban conmigo a la barbie, definitivamente no me gustaba ese juego.
-Querrán decir su cita.- dije en un susurro muy bajo para que no me escucharan.
Mientras bufaba ante ese comentario, ellas se dedicaron a maquillarme, peinarme y vestirme. Al final quedé exagera ente reveladora con la ropa que Alice me compró, no dejaba nada a la imaginación.
Fuí la primera en llegar al bar, mi cita aún no había llegado, así que me fuí hacia una mesa que había disponible, y pensé en lo me dijeron mi amigas antes de entrar al bar, mi cita era...
-Jacob Black- dijo una voz muy grave y a la vez penetrante a mi espalda. Me giré rápidamente para ver de quién se trataba, y mi sorpresa fue tal que casi me desmayo, era un hombre muy atractivo, le iba a dar las gracias a mis amigas por obligarme a venir, no daba precio a lo que veía.
*Fin del Flashback*
Desde ese día pasaron muchas cosas, Jake y yo empezamos una relación formal, me iba de maravilla en mi trabajo perfecto, mis amigas y yo nos reuníamos todos los días... Bueno, casi todos.
Lo más importante era que me sentía la mujer más feliz del mundo, o eso creía. Porque la verdad era que ese día que conocí a Jacob, fue sólo el principio de mi mayor desgracia.
Capítulo 2: Olvidando las Penas

 
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