Estaba seguro de estar viviendo más el maravilloso e increíble sueño que jamás podría llegar a tener, no por el hecho de que como vampiro no puedo dormir, sino por haberla encontrado a ella, a mi Bella, al amor de mi existencia. Las palabras se hacían pocas al tratar de describir lo que siento, y no podía más de felicidad por saber que ese sueño era mi realidad ahora.
La tenia entre mis brazos, segura y curada otra vez ya que aquel rastreador que había intentado arrebatármela hace unos meses ya no era más que un mal recuerdo, que lo único que había dejado en ella una cicatriz en su brazo izquierdo, y en mi un dolor que me prometí no volver a tener mientras ella tuviera una larga vida feliz y plena.
Estos meses habían pasado mas rápido de lo que me hubiera gustado, este verano para mi era perfecto. La lluvia me permitió disfrutar con la máxima plenitud de este pequeño pueblo llamado forks.
Lo único que me preocupaba un poco era el hecho de que ella quería ser un monstruo como yo y lo que mas le aterraba era hacerse mayor y envejecer, era ridículo yo se lo decía siempre, pero ese temor se reflejaba en sus ojos siempre y mas aún en sus sueños, era tan transparente, no me podía ocultar nada.
Hoy iba a ser un día muy especial, su cumpleaños numero dieciocho, le había entrado un humor de perros esta ultima semana me divertía mucho, me encantaba verla refunfuñando cuando salía el tema, parecía un gatito queriendo parecer una fiera lo que me provocaba estrecharla, besarla y sentirla mía. Siempre tendría que ser cuidadoso, yo sabía perfectamente hasta donde podía llegar. Se movía inquieta ahora su respiración se había acelerado, y no lo pude evitar acerque mis labios hacía su mejilla, los roce y susurré:
- Feliz Cumpleaños.
Entreabrió los ojos hizo una mueca pero se apretó mas contra mi pecho. Este día iba a ser inolvidable.
Alejarme de ella no me gustaba para nada, pero era necesario tenia que volver a casa para intentar de calmar a mi hermana Alice que resultaba incontrolable cuando se trataba de organizar celebraciones y estaba entusiasmada con lo de hoy, era la mejor amiga de Bella y la quería mucho, había mandado a hacer un pastel, estaba por empezar a decorar la casa cuando llegué. Para mi sorpresa Alice no solo tenía ayuda de Jasper que siempre la seguía en todo, sino también la de mi otra hermana Rosalie, quien me miro con ojos de disculpa dirigiéndose a mí.
- Rose, han vuelto – dije caminando hacía ellos.
- Edward, yo… lo siento – dijo, realmente lo sentía – he hablado con Emmett y he reflexionado, se que mi comportamiento no ha sido el mejor, te prometo que intentaré hacer mi mejor esfuerzo al estar frente a ella, no sabes como los extrañe y a nuestro hogar.
- Esta bien Rose, yo también te extrañe y gracias se que todo esto no es fácil para ti- le decía mientras le abrazaba.
- Es bueno estar de vuelta.
- Hermano- La gran mano de Emmett en mi hombre, me gire y su gran sonrisa me esperaba.
- Emmett bienvenido, que tal los tigres y leopardos- le estreche también.
- Feroces, aunque me quedo con los osos.
Después de estar reunidos otra vez con la Familia completa otra vez, Alice y yo nos apresuramos para llegar al Instituto. Aun simulábamos ser alumnos del mismo grado que Bella
Ansioso esperé a mi Bella recostado contra mi coche. Allí viene – No te pases Alice- Le dije. Ella ni se inmutó y me dedico una risita y se adelantó y dijo eufórica.
- Feliz Cumpleaños, Bella!
- ¡Shhh!
Alice la ignoro.
- ¿Cuándo quieres abrir tu regalo? ¿Ahora o luego? —le preguntó.
- No Quiero regalos - Dijo con cara incomoda.
- Ugh. Vale talvez luego.
Le tome la mano su piel calida suave me hacia sentir completo otra vez.
Sonreí al ver sus hermosos ojos chocolates y escuchar su corazón acelerarse. Levante mi mano y recorrí el contorno de sus labios con uno de mis fríos dedos, era un gran placer para mi.
-Así que, tal y como me impusiste en su momento, no me permites que te felicite por tu cumpleaños, ¿correcto?
-Sí, correcto.
-Sólo me estaba asegurando -Pasé la mano por mi cabello - Podrías haber cambiado de idea. La mayoría de la gente disfruta con cosas como los cumpleaños y los regalos.
Alice se rió.
-Pues claro que lo disfruta. Se supone que hoy todo el mundo se va a portar bien contigo y te dejará hacer lo que quieras, Bella. ¿Qué podría ocurrir de malo?- dijo.
- Pues hacerme mayor- Respondió un tanto disgustada.
No me agrado pensar que le iba a afectar tanto la idea de parecer mayor que yo.
-¿A qué hora vendrás a casa? -Continuó Alice, cambiando de tema.
-No sabía que tuviera que ir allí.
-¡Oh, por favor, Bella, no te pongas difícil! —se quejó ella—. No nos irás a arruinar toda la diversión poniendo esa cara, ¿verdad?
-Creía que mi cumpleaños era para tener lo que yo deseara.
- La llevaré desde casa de Charlie justo después de que terminemos las clases- Dije intentando no mirar la cara de Bella que se esforzaba por calmarse.
- Tengo que trabajar- Protestó.
-En realidad, no —repuso Alice, ya he hablado con la señora Newton sobre eso. Te cambiará el turno en la tienda. Me dijo que te deseara un feliz cumpleaños.
Bella se excusó diciendo que tenía que ver Romeo y Julieta.
- Te sabes Romeo y Julieta de memoria- Repuso Alice
- Pero el señor Berty dice que necesitamos verlo representado para ser capaces de apreciarlo en su integridad, ya que ésa era la forma en que Shakespeare quiso que se hiciera.
- Pero si ya has visto la película -Le acusó Alice.
- No en la versión de los sesenta. El señor Berty aseguró que era la mejor.
- Mira, puedes ponértelo difícil o fácil, tú verás, pero de un modo u otro...
- Tranquilízate, Alice. Si Bella quiere ver una película, que la vea. Es su Cumpleaños- Le dije a mi hermana apoyando un poco a Bella.
- La llevaré sobre las siete -Continúe- Os dará más tiempo para organizado todo.-
La sonrisa de Alice volvió a su rostro.
- Eso suena bien. ¡Te veré esta noche, Bella! Verás como te lo pasas bien-
Alice se giro dándome las gracias en sus pensamientos.
- Edward, por favor...- Me suplicó -Calle su boca un dedo. -Y dije.
- Los discutiremos luego vamos a llegar tarde a clases. Esta discusión había acabado.
Lo que mas me molesta del tener que estar en clase eran los pensamientos del figuron de Mike Newton- Pensaba que la indiferencia que le mostraba a bella y su cambió de look despertarían nuevos sentimientos en ella, era realmente odioso. En la hora del almuerzo algunos estudiantes estaban incómodos otros fascinados por la cercanía de nosotros. Pero ninguno sabía, ni sospechaba lo que éramos y eso realmente me tranquilizaba.
Sabia que Bella se disgustaría aun mas si seguíamos exponiendo su cumpleaños, así que convencí a Alice de no mencionar el tema además ella ya iba a tener suficiente con lo preparado en casa.
Cuando llegamos al estacionamiento mojado por la lluvia Bella se cruzó de brazos me miró con sus grandes ojos y dijo:
- ¿Es mi cumpleaños y ni siquiera puedo conducir?
- Me comporto como si no fuera tu cumpleaños, tal y como tú querías.
- Pues si no es mi cumpleaños, no tengo que ir a tu casa esta noche...
- Muy bien -Cerré la puerta del copiloto y pasé a mi lado abrí la puerta del conductor y dije - Feliz cumpleaños.
Mientras ella conducía encendí el radio de su coche.
- Tu radio se oye fatal-Dije.
Se estaba malhumorando mas de la cuenta, cuando llegamos a casa de su padre le miré fijamente, mis manos se pasearon por su rostro, su piel era sencillamente exquisita, y junto con su olor me volvía loco.
- Deberías estar de un humor estupendo, hoy más que nunca -Susurré. Sus ojos se volvieron suaves.
- Y si no quiero estar de buen humor? -Preguntó con la respiración entrecortada pues su corazón parecía desbocado. Eso me encantaba sabía perfectamente que se ruborizaría tal y como lo estaba haciendo.
- Pues muy mal- Repuse tratando distraerme, ya que el fuego del amor que se encontraba dentro de mi no me ayudaba en nada. No me pude contener le besé suave con la pasión saliéndome por la boca, el sabor que tenían sus labios me resultaban eran para mi como la miel mas dulce. Puso sus brazos alrededor de mi cabeza. Note como sus labios y todo su respondían a mi pasión. Saque fuerzas para apártame de ella, cada vez se me hacia mas difícil, pero tenia que hacerlo por su bien.
- Pórtate bien, por favor- Le dije tratando de que mi culpa disminuyera. Volví a besarle pero me aparte de ella más rapito que antes.
-¿Crees que esto mejorará algún día? ¿Alguna vez conseguiré que el corazón deje de intentar saltar fuera de mi pecho cuando me tocas?
- La verdad, espero que no- Reconocí
- Anda, vamos a ver cómo los Capuletos y los Montescos se destrozan unos a otros, ¿vale?
- Tus deseos son órdenes para mí. - Eso también era verdad.
Mientras ella colocaba la película, me recliné en el sofá y le ofrecí mis brazos y la acomode contra mi pecho, envilvolví una manta a su alrededor para aplacar el frío de mi piel. Como siempre, estaba feliz de tenerla entre mis brazos.
- ¿Sabes?, Romeo no me cae nada bien -Comenté.
-¿Y qué le pasa a Romeo? -Me preguntó, frunciendo el ceño.
- Bien, en primer lugar, está enamorado de esa Rosalinda, ¿no te parece que es un poco voluble? Y luego, unos pocos minutos después de su boda, mata al primo de
Julieta. No es precisamente un rasgo de brillantez. Acumula un error tras otro.
¿Habría alguna otra manera más completa de destruir su felicidad?
- ¿Quieres que la vea yo sola?
- No, de todos modos, yo estaré mirándote a ti la mayor parte del rato.
¿Te vas a poner a llorar?
- Probablemente –Admitió- Si estás pendiente de mí todo el rato.
- Entonces no te distraeré - Hundí mi nariz en su pelo, me encontraba ahogado por su olor, aunque me quemaba la garganta, cada día era un poco mas fácil controlarlo. El tiempo paso rápidamente mientras yo disfrutaba sentir como se estremecía cuando yo le susurraba los versos de Romeo al oído y las lágrimas que caían por su rostro eran adorables.
- He de admitir que le tengo una especie de envidia -Dije cuando secaba las lágrimas con un mechón de su propio pelo.
- Ella es muy guapa.
Como creía que me pudiera interesar en otra teniéndola a ella a mi lado. Esa es una de las cosas que más me gustaban de ella, cuando salía con cada cosa que me sorprendía.
- No le envidio la chica, sino la facilidad para suicidarse -¡Para vosotros, los humanos, es tan sencillo! Todo lo que tenéis que hacer es tragaros un pequeño vial de extractos de plantas...
- ¿Qué? -Se sobresalto con un grito ahogado.
- Es algo que tuve que plantearme una vez, y sé por la experiencia de Carlisle que no es nada sencillo. Ni siquiera estoy seguro de cuántas maneras de matarse probó Carlisle al principio, cuando se dio cuenta de en qué se había convertido... -Tenia que cambiar el tema sabía que no le iba a gustar.
- ¿De qué estás hablando? ¿Qué quieres decir con eso de que tuviste que planteártelo una vez?
Uy, ya era demasiado tarde.
- La primavera pasada, cuando tú casi... casi te mataron... -Ahora era yo quien inspiraba profundo-Claro que estaba concentrado en encontrarte con vida, pero una parte de mi mente estaba elaborando un plan de emergencia por si las cosas no salían bien. Y como te decía, no es tan fácil para mí como para un humano.
- ¿Un plan de emergencia?
- Bueno, no estaba dispuesto a vivir sin ti aunque no estaba seguro sobre cómo hacerlo. Tenía claro que ni Emmett ni Jasper me ayudarían..., así que pensé que lo mejor sería marcharme a Italia y hacer algo que molestara a los Vulturis.
Se puso furiosa- Que es un Vulturis? —inquirió.
- Son una familia -Contesté -Una familia muy antigua y muy poderosa de nuestra clase. Es lo más cercano que hay en nuestro mundo a la realeza, supongo. Carlisle vivió con ellos algún tiempo durante sus primeros años, en Italia, antes de venir a América. ¿No recuerdas la historia?
- Claro que me acuerdo.- Contestó.
- De cualquier modo, lo mejor es no irritar a los Vulturis. No a menos que desees morir, o lo que sea que nosotros hagamos.
Pude ver el miedo en sus ojos, tomo mi cara entre sus manos, esteba seguro que no podía amarla más.
- ¡Nunca, nunca vuelvas a pensar en eso otra vez! ¡No importa lo que me ocurra, no te permito que te hagas daño a ti mismo!
- No te volveré a poner en peligro jamás, así que eso es un punto indiscutible.
- ¡Ponerme en peligro! ¿Pero no estábamos de acuerdo en que toda la mala suerte es cosa mía?. ¿Cómo te atreves a pensar en esas cosas? - Me reprocho.
-¿Qué harías tú si las cosas sucedieran a la inversa? - Me defendí.
- No es lo mismo.
- ¿Y qué pasa si te ocurre algo? ¿Querrías que me suicidara?
El dolor intenso que me provocaron aquellas palabras…, no, solo en pensar en la idea de que ella hiciera daño a sí misma, yo solo la podía imaginarla teniendo una vida normal y plena conmigo a su lado siempre adorando cada diferencia en su anatomía al pasar los años. Pero por otro lado no podía vislumbrar mi futuro sin ella aunque tuve que reconocer su punto.
- Creo que veo un poco por dónde vas... sólo un poco -Pero ¿qué haría sin ti?- No me atrevía pensar en ello.
- Cualquier cosa de las que hicieras antes de que yo apareciera para complicarte la vida.
Suspiré.
- Tal como lo dices, suena fácil.
- Seguro que lo es. No soy tan interesante, la verdad.
- Eso es discutible. - Me incorpore pues su padre no tardaría en cruzar la puerta.
- ¿Charlie? -Se dio cuenta, yo asentí y tomo mi mano con firmeza, aunque su expresión seguía pensativa, hoy era un día especial, y nada lo arruinaría.
- Hola, chicos -Sonrió y mirándola agregó-Supuse que querrías tomarte un respiro de cocinar y fregar platos el día de tu cumpleaños. ¿Hay hambre?- Mostrando la pizza que había comprado.
- Está bien. Gracias, papá.- dijo ella.
- ¿Le importaría si me llevo a Bella esta tarde?-Le pregunte. Sabía la respuesta.
- Eso es estupendo, los Mariner juegan con los Fox esta noche -Explicó y le lanzó una cámara y yo la atrape antes de que chocara con la mampara y se estropeara.
- Buena parada -Dijo Charlie- Si han organizado algo divertido esta noche en casa de los Cullen, Bella, toma algunas fotos. Ya sabes cómo es tu madre, estará esperando verlas casi al mismo tiempo que las vayas haciendo.
- Buena idea, Charlie -Dije mientras le devolvía la cámara a Bella.
Me hizo la primera foto.
-Va bien.
-Estupendo. Oye, saluda a Alice de mi parte. Lleva tiempo sin pasarse por aquí- Charlie torció el gesto.
-Sólo han pasado tres días, papá —le recordó a su padre.
Charlie se había encariñado con ella en los últimos meses, cuando me estuvo ayudando a Bella con su convalecencia en las cosas que yo no podía; Charlie siempre le estaría agradecido a mi hermana por eso.
-Se lo diré.
-Que os divirtáis esta noche, chicos.- Se despidió animado.
Esta vez conduje yo, me frustrada no poder ir a le velocidad acostumbrada, era demasiado pedir para su coche, que rugía al intentar aumentar la velocidad.
-Tómatelo con calma-Me dijo.
-¿Sabes qué te gustaría un montón? Un precioso y pequeño Audi Coupé.
Apenas hace ruido y tiene mucha potencia...
-No hay nada en mi coche que me desagrade. Y hablando de caprichos caros, si supieras lo que te conviene, no te gastarías nada en regalos de cumpleaños.
-Ni un centavo -Dije serio.
-Muy bien.
-¿Puedes hacerme un favor?
-Depende de lo que sea.
-Bella, el último cumpleaños real que tuvimos nosotros fue el de Emmett en
1935. Déjanos disfrutar un poco y no te pongas demasiado difícil esta noche. Todos están muy emocionados.
-Vale, me comportaré.
-Probablemente debería avisarte de que...- Rosalie y Emmett volvieron, nunca le dije a Bella, el porque de su partida, era mejor que no supiera que Rose había discutido con toda la familia y había decidido marcharse por un tiempo.
-Bien, hazlo.
-Cuando digo que todos están emocionados... me refiero a todos ellos.
-¿Todos?
-Emmett quería estar aquí.
-Pero... ¿y Rosalie?
-Ya lo sé, Bella. No te preocupes, ella se comportará lo mejor posible.- Me lo había prometido. Y cambie de tema:
-Así que, si no me dejas regalarte el Audi, ¿no hay nada que quieras por tu cumpleaños?
-Ya sabes lo que quiero.
Fruncí ceño hizo, es que siempre tenía que salir con el tema.
-Esta noche, no, Bella. Por favor.- Le pedí.
- Bueno, quizás Alice pueda darme lo que quiero.
Gruñí- Este no va a ser tu último cumpleaños, Bella -Juré.
-¡Eso no es justo!
Manejar mi ira no era cosa fácil, me concentre y respire pausado, la decoración de Alice era impecable, y me recordó que esto era una fiesta.
-Esto es una fiesta -Le dije también-Intenta ser comprensiva.
-Seguro-Musitó.
Me adelante para abrirle la puerta y le ofrecí mi mano.
-Tengo una pregunta.
Con que otra cosa me va a salir ahora.
-Si revelo esta película -Mostrando la cámara en su mano libre
- ¿Aparecerás en las fotos?
Cambio mi humor y no pare de reír hasta llegamos a la puerta principal. Todos la saludaron con un «¡Feliz cumpleaños, Bella!» Se sonrojo y bajo la mirada, Todo estaba perfecto, después tendría que recompensar a Alice, pude notar su incomodidad a si que para darle fuerza le rodee por la Cintura y le bese tiernamente en la frente. Mis padres fueron los primeros en saludarla, Carlisle la abrazó y le dijo:
-Siento todo esto, Bella - No hemos podido contener a Alice.
Esme estaba tan emocionada, ella quería que todo saliera perfecto. Roselie Pensaba en muchas cosas pero estaba concentrada en comportarse y le había pedido a Jasper que le hiciera sentir una atmosfera de tranquilidad, Jasper en tanto estaba intentando que todos especialmente Bella estuviera feliz.
-No has cambiado en nada -Señaló Emmett molestando a Bella-Esperaba alguna diferencia perceptible, pero aquí estás, con la cara colorada como siempre.
-Muchísimas gracias, Emmett -Le dijo avergonzada.
Él se rió.
-He de salir un minuto. No hagas nada divertido en mi ausencia.
-Lo intentaré.
-Es la hora de abrir los regalos -Declaró Alice. Se dirigió a Bella soltándose de los brazos de Jasper
y la llevó hacia la mesa donde estaban el pastel y los regalos.
Bella puso la mejor cara para la situación.
-Alice, ya sabes que te dije que no quería nada...
-Pero no te escuché -Me interrumpió petulante- Ábrelos.- Le dio el primer paquete el mas grande que había era el regalo de Jasper, Rosalie y Emmett. Lo abrió se desilusionó al encontrarlo vacío.
-Mmm... gracias.
A Rosalie se le escapó una sonrisa. Jasper se rió y yo igual.
-Es un estéreo para tu coche -Explicó Alice- Emmett lo está instalando ahora mismo para que no puedas devolverlo.
-Gracias, Jasper, Rosalie -Les dijo- Gracias, Emmett -Añadió en voz más alta.
Desde afuera se escucho la risa de Emmett y ella también rió con ganas. Se veía tan hermosa mis ojos no podían parar de mirarla.
-Abre ahora el de Edward y el mío -Dijo Alice interrumpiendo mi observación. Tenía en la mano un mi regalo.
-Lo prometiste.
Me miro con ojos de recriminación
-¡Justo a tiempo! -Emmett esperando que Bella se seguirá enojando eso le divertía mucho.
-No me he gastado un centavo -Le aseguré. Le apartó un mechón de pelo
de la cara, acariciándole la cien.
Suspiró profundamente y rindiéndose le dijo a Alice.
-Dámelo.
Tomó mi regalo mientras me miraba directamente, de pronto sentí a Alice asustada, ví como Bella examinaba su dedo exclamando - ¡Maldita sea! Una gota de sangre salía de su dedo, mi mundo se paró, Emmett dio dos pasos hacia atrás, Rosalie se quedo inmóvil y cerró los ojos y Jasper se enderezó para atacar todo lo que tenía en la mente era sangre, el olor lo enloqueció, se le encendieron los ojos.
-¡NOOO! Grite. En un Segundo me arroje sobre Bella, la tome lanzándome contra la mesa. Las dos nos caímos, tirando al suelo el pastel y los regalos, las flores y los platos. Jasper chocó contra de mi y rugió. « ¡Es mi Presa, Quiero sangre!»
Emmett agarró Jasper desde detrás, sujetándolo con sus brazos, pero Jasper se debatía desesperadamente, con sus ojos llenos de sed mirándola a ella. Sosteniéndola el olor de su sangre inundo la habitación, que le brotaba de su brazo, ella alzo sus ojos hacia mí y me miró con los ojos llenos de pánico.
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