__Vamos Bella!!!-grito mi madre por enésima vez. Esta era la tercera vez que nos mudábamos en el año, gracias a "LOS SABIOS CONSEJOS " del psiquiatra...Ya había perdido la cuenta de los psiquiatras a los que mi madre me había hecho ir.
__Ya bajo!!-le grite escaleras arriba mientras bajaba mi equipaje, ya teníamos 6 casa distintas en todo el país, ya que mi madre había insistido- o mejor dicho la mayoría de los psiquiatras- en que "Un cambio de Ambiente no nos hará daño”. La verdad no me molestaba la idea de estar viajando este era "especial”. Pues mi madre se había vuelto a casar con Charlie, el jefe de policía de un pueblito en lo más recóndito del condado de Washington. Hacia allá nos dirigíamos ahora, porque justo ahora ellos estaban separados por la distancia y no podían estar juntos, hecho que volvía a una Rene divertida y espontanea, a, una Rene triste y deprimida.
Termine de bajar las escaleras y encontré a mi madre y a mi hermana menor esperándome en la puerta con cara de reproche.
__Ya era hora!-dijo mi madre en un tono de " POR QUE NO BAJASTE HACE 3 HORAS"-Ya está todo listo en al auto-Lizzie estaba a su lado, ella trataba de no mirar en mi direccion,ya hacía mucho tiempo que lo hacía, y aun no sabía el por qué.
__Y ahora a donde vamos- dije mirando a los ojos a mi madre, pero algo cambio al yo decir esas palabras, su expresión había cambiado, en sus hermosos ojos miel había una mezcla de tristeza y dulzura, me sonrió con nostalgia y nos dijo:
__Nos vamos a Forks.!!!-dijo ella con mucho entusiasmo, ganadose de mi parte una mirada de confusión, ya que no era muy común que mi madre expresara sus emociones en frente de mi .Este viaje debía alegrarle mucho.
Me dirigí en silencio hasta el auto; me esperaban casi 2 días en auto hasta Forks.
Ir con mi madre de viaje no era algo especial, yo iba en el asiento del copiloto, mientras mi madre cantaba con Lizzie canciones infantiles. Mientras yo no dejaba de pensar en esos sueños tan extraños que he tenido desde hace mucho. Esos hermosos ojos dorados que me miraban fijamente...Lo más extraño de ellos es que no tenían un rostro ..Siempre he querido saber a quién pertenecían.
Mi madre me dijo que condujera y así lo hice no quería seguir pensando en "mis ojos misteriosos”. Quería estar concentrada nada más que en conducir.Conduci hasta Seattle, y deje que mi madre condujera hasta aquel pequeño pueblecito donde siempre llueve y su cielo la mayoría de las veces era de color gris. Debía admitir que el clima me agradaba mas aquí, era mucho mejor que el calor abrasante e insoportable de Los Ángeles o Texas.
Estaba dormida cuando mi madre nos despertó diciendo con un tono muy alto:
Ya llegamos a nuestra vida!!!!!
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